Hace tiempo que, lamentablemente, no se puede vivir tranquilo en Neuquén ni en ninguna de las grandes ciudades del país. No obstante lo que ocurrió esta tarde corrió los límites y encendió las alarmas: delincuentes balearon un colegio secundario, en pleno horario de clases.
Eran cerca de las 16:00 de este miércoles cuando un grupo de hampones que se movilizaban en dos autos -un Chevrolet Corsa y un Volkswagen Bora– pasaron por delante del CPEM 40 del barrio Gran Neuquén y efectuaron, al menos, dos disparos. De milagro no hubo heridos, pero el susto aún perdura. Y las marcas en los canteros también. Dicen que son de 9 mm, pero vaya a saberse.
El barrio es “tierra de nadie”, dijo la directora Analía Galván y cayó en una frase hecha, pero que tiene penosa vigencia desde hace ya algún tiempo tanto aquí, en la ciudad más poblada de la provincia de Vaca Muerta, como en otras.
Se dijo que dos muchachos (no se sabe si adolescentes o jóvenes) que no son alumnos de esa escuela se encontraban sentados en aquellos canteros que está nen en el frente del colegio y que fue ahí cuando los malvivientes dispararon. Tampoco se sabe si para intimidarlos o si fallaron. Todo es materia de investigación (otra frase conocida hasta el hartazgo).
También había un grupo de alumnos que salieron literalmente espantados a buscar resguardo dentro del edificio. Y afortunadamente lo encontraron. De inmediato la directora hizo lo que tenía que hacer: llamó a la Comisaría 16, pero cuando llegaron los móviles, los dos jóvenes que estaban en el cantero ya se habían ido, por lo que no les pudieron tomar los datos para llamarlos como testigos.
Se dice que van a revisar las cámaras de la zona para ver si pueden identificar a los delincuentes. Y se asegura que no se trató de un episodio aislado, sino de otra escalada en la inseguridad que se propaga.