Son días difíciles para comprar tecnología en Argentina. Entre el aumento permanente del dólar y la incertidumbre económica que siempre generan los meses de elecciones, muchos fabricantes retrasan la salida de sus nuevos productos y otros se resignan con lo que ya tienen en stock. Tras las PASO y la devaluación, Clarín registró aumentos de entre el 20% y el 50% en estos productos.
Con todo, si hay que llevar a casa un nuevo dispositivo porque el que teníamos quedó en estado de destrucción total, o porque la idea es darse un gusto, revolviendo y revolviendo, algo siempre se encuentra.
Ahora fuimos a buscar tablets de buena calidad. Para ver películas y series, para llevar de viaje o para navegar por la web de forma fluida. Que no sean chicas pero tampoco las más grandes. Para eso están bien las que rondan las 11 pulgadas. Y preferimos las que admiten un teclado, porque si nos vamos a poner en gasto, mejor que también sean productivas.
A diferencia de las opciones infantiles más elementales, estas tablets se destacan por integrar una pantalla con una resolución que va más allá del Full HD y un procesador de calidad que soporta videojuegos. Cuestan entre cuatro y cinco veces más que una tableta genérica, pero mucho menos que una notebook.
Al tener la posibilidad de reconocer un teclado, con estas tabletas las marcas apuntan a quien se lleva algo de trabajo de la oficina a su casa. Y a esos viajes de negocio en donde la productividad y el entretenimiento están a la par.
Aunque no todas incorporan el combo completo, ofrecen la posibilidad de adquirir las partes por separado. El teclado, que muchas veces sirve también de funda protectora, incorpora un mecanismo que facilita la transformación en dos movimientos.
Y aunque las notebooks funcionan con procesadores más rendidores y vienen con un entorno de software más eficiente, si lo que uno busca es con una batería de larga duración y bajo peso, son la mejor alternativa. Para adquirir una “notebook viajera” súper liviana hay que gastar una montaña de dinero.
A la hora de elegir es clave la resolución de pantalla, que permite ver las imágenes en gran calidad. El secreto de su brillo y definición descansa en la tecnología del panel.
La pugna de calidad sigue siendo entre LCD u OLED, y sus hermanos mayores LCD IPS o AMOLED. Mientras este último brinda imágenes con negros más puros de alto contraste, el IPS logra un mejor ángulo de visión lateral, con una mayor relación de contraste y reproducción del color.
Por otra parte, un buen sistema sonoro es clave para aprovechar los contenidos multimedia. Entre otros puntos, hay que considerar la disposición de los parlantes, cuál es la potencia máxima y con qué tecnología cuentan.
Algunas marcas incorporan un juego frontal de bafles con tecnología Dolby Atmos, con doble reflector de bajos, lo que otorga una mayor claridad no solo para juegos, sino también para escuchar música.
Además, la configuración de Dolby Atmos añade el modo dinámico, por lo que, de manera automática, el audio se ajusta según el contenido que se esté reproduciendo, para una experiencia inmersiva, ofreciéndonos la sensación de estar rodeados por un bloque armónico de 360 grados.
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