En apenas dos semanas aparecieron en las costas de la provincia de Buenos Aires tres cadáveres de ballenas que habían muerto ya sea en altamar o tras quedar encalladas en la playa. Lo curioso del caso es que, si bien se espera que estos animales naden a estas latitudes en invierno, no es normal que incluyan en sus rutas localidades tan al norte, como Vicente López o Zárate.
El 9 de julio pasado las autoridades del municipio de Vicente López tuvieron que lidiar con el cuerpo de una ballena que había quedado encallado a la altura del kilómetro 18 del Canal Costanero. Una semana después se divisó un escenario similar con el cadáver de un cetáceo en la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires.
zarate ballena
La tercera «aparición» fue registrada este martes en las inmediaciones del Puente Zárate Brazo Largo y, al igual que en el caso de Costanera Norte, se trató de un ejemplar de ballena Sei (Balaenoptera borealis), una especie que se encuentra en peligro de extinción cuyo hábitat es el océano profundo, no los ríos muy transitados, como el Río de la Plata.
Por todo esto se cree que los tres animales llegaron a las costas del norte de la provincia de Buenos Aires afectados quizás por alguna enfermedad, debilitados por el hambre o desorientados tras quedar separados de sus grupos.
ballena costanera.jpg
Esas son las únicas explicaciones posibles para que se hayan aventurado en las aguas turbias de baja salinidad, como las del Río de la Plata. El acontecimiento, aunque tenga un porqué, «no es normal», según apuntó Miguel Iñíguez, titular de la Fundación Cethus, en una conversación con el diario La Nación.
Iñíguez anticipó que los cuerpos de las ballenas que murieron encalladas en los últimos días serán remolcados a aguas más profundas para evitar el riesgo sanitario en la zona.
Distinto es el caso de las familias de ballenas divisadas en las costas de Mar del Plata -unos 500 kilómetros al sur de Vicente López- donde el agua fría y el mar tempestuoso fueron el escenario ideal para su paso hacia las playas de la Patagonia.
Embed
Lo que se lee ahora