Luego de que 2024 habría cerrado con una caída en las importaciones en torno al 20%, en 2025 el escenario podría ser distinto.
En noviembre, último dato oficial, las exportaciones totalizaron US$ 6.479 millones, mientras que las importaciones representaron US$ 5.245 millones.
Como resultado, el intercambio comercial (la suma de exportaciones e importaciones) aumentó un 12,7% comparado a noviembre de 2023 y alcanzó los US$ 11.723 millones. Así, la balanza comercial tuvo un superávit de US$ 1.234 millones, resultado positivo por doceavo mes consecutivo.
Entre enero y noviembre de 2024, se registró un superávit de US$ 17.198 millones y las importaciones implicaron US$ 55.444 millones, 20,2% menos que en los mismos 11 meses de 2023.
Este lunes, el Indec publicará el último informe sobre intercambio comercial correspondiente a 2024, donde saldrá el dato de diciembre, que posiblemente consolidará la tendencia que se dio a lo largo del año pasado.
Se esperaba que así sucediera por una serie de factores, como el menor nivel de ventas por la recesión, la brecha cambiaria y la carga impositiva para traer mercadería del exterior.
Pero el combo de menores restricciones en compras particulares y de empresas, dólar quieto, fin del Impuesto PAÍS y otras reducciones arancelarias haría que, en un contexto previsto de recuperación económica y suba de costos locales para fabricar, crezcan las importaciones en 2025, aunque advierten que tendrá que recuperarse la demanda.
En ese sentido, la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) sostuvo que será clave la eliminación por completo del cepo y la reactivación del consumo, que en 2024 bajó un 13,9% versus 2023. Fue el tercer peor registro de los últimos 22 años, después de 2002 y 2003, según Scentia.
Del último informe del Indec, se desprende que entre enero y noviembre últimos cayeron todos los rubros, excepto alimentos y bebidas para la industria y el hogar, que crecieron un 30% y 2,9%, respectivamente.
Desde que el Gobierno flexibilizó la importación de artículos de la canasta básica en abril, empezaron a llegar productos importados a las góndolas de los principales supermercados, surtido que las cadenas prevén ampliar este año.
Y con la disposición del jueves que reforma el sistema antidumping facilitando las importaciones para promover la baja de precios, queda allanado el camino para el ingreso de otros artículos, como bicicletas, planchas eléctricas, calefactores y pelotas de tenis.
Proyecciones del Ieral, de la Fundación Mediterránea, estiman que “las importaciones no energéticas pasarán de un promedio mensual de US$ 4.800 millones por mes en 2024 a US$ 5.900 millones mensuales en 2025”.
Para el instituto de estudios, “ya hay indicios de esa dinámica”. “En noviembre, fueron de US$ 5.100 millones”, señaló, y agregó que con la eliminación del Impuesto PAÍS, hay que seguir de cerca los próximos datos porque puede haber un salto”, ya que desde el 24 de diciembre cuesta un 7,5% más barato importar.
En el comercio bilateral con Brasil, también se nota el cambio. Hasta agosto, las importaciones argentinas originadas en el país vecino estuvieron estabilizadas en alrededor de US$ 1.100 millones mensuales, pero entre septiembre y noviembre subieron a un promedio mensual de US$ 1.460 millones.
“En 2024, las importaciones bajaron por la recesión y porque en la primera parte del año hubo un diferimiento de pagos, que ahora se normalizó, pero generó retrasos. El nivel de importaciones fue de alrededor del 13% del PBI, cuando el promedio mundial es de 30% y en la región de 27%”, comparó Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior.
Con un crecimiento económico proyectado del 5% en 2025, cree que aumentará la importación, ya que el 80%, argumenta, son insumos para la producción. “Estimo que crecerán alrededor del 15%, aunque seguirán en un nivel bajo. Para llegar a los equivalentes de América Latina, se debería importar el doble en relación a la dimensión de la economía y el PBI”, explicó.
Sobre medidas como la baja de aranceles para compras online en el exterior, la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI) opinó que “se debe exportar e importar libremente, pero hay que mejorar la competitividad y disminuir la carga fiscal”.
En tanto, la Cámara Argentina del Juguete (CAIJ) remarcó la alta carga impositiva que afronta, con “impuestos y tasas municipales” y advirtió sobre el ingreso de productos importados de dudosa procedencia”. Al respecto, alertó que, con la nueva desregulación, se acentuará el problema: desde febrero, la Aduana dejará de controlar los certificados de seguridad de los juguetes y será la Secretaría de Industria y Comercio quien los fiscalizará una vez distribuidos.