Madrid, 4 nov (EFE).- Con la dana dando sus últimos coletazos, las zonas más afectadas por la catástrofe continúan con los servicios de limpieza y la recuperación de suministros básicos, mientras la UME pide «paciencia ante una situación caótica» y Cataluña recupera la normalidad tras las fuertes lluvias de las últimas horas.
A primera hora de la mañana, las lluvias torrenciales recogidas desde anoche en Tarragona y Barcelona dejaron a Cataluña sin trenes de cercanías, cortes en la alta velocidad y vuelos cancelados, además de inundaciones de carreteras y crecidas de ríos, que se ha saldado con más de 2.300 llamadas al teléfono de emergencias 112.
Mientras, en la Comunidad Valenciana, la más afectada por los estragos de las lluvias torrenciales, casi 17.000 efectivos -entre militares, guardias civiles y policías nacionales- están ya desplegados en las zonas afectadas por la dana en la provincia de Valencia.
En total, 7.500 hombres y mujeres del Ejército trabajan sobre el terreno y en materia logística; la Guardia Civil ha desplegado 5.200 agentes y unos 4.256 policías nacionales trabajan sobre el terreno procedentes de distintas unidades, desde Unidades de Intervención Policial (UIP) hasta el servicio aéreo, efectivos de Científica, Caballería o de seguridad ciudadana.
Por su parte, el general jefe de la UME, Javier Marcos, al mando del despliegue militar ante la emergencia por la dana en Valencia, h pedido «paciencia» ante una situación caótica, con una «terrible destrucción de infraestructuras» que complica el trabajo de los 7.800 militares sobre el terreno que «hacen todo lo que pueden y están doblando turnos».
En rueda de prensa, el general jefe de la UME ha querido ser tajante: «Hemos estado y seguimos estando» en cada municipio afectado, ha dicho, antes de garantizar que las Fuerzas Armadas no se dejan «una casa atrás» y se «están dejando la piel en cada momento».
Hasta el momento, más de 2.600 edificios y más de 534 kilómetros cuadrados se han visto afectados por las inundaciones de esta dana en Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón, según las estimaciones de operador de microsatélites ICEYE.
En el análisis de los datos recogidos, sus especialistas pudieron constatar que este pasado domingo 3 de noviembre las inundaciones alcanzaron en algunos puntos una profundidad máxima de 441 centímetros (4,41 metros).
En el sector agrícola, los daños han sido cuantiosos y más de 20.000 hectáreas de cultivo, distribuidas en 42.000 parcelas, sobre todo de cítricos, caquis, uva y hortalizas y, en menor medida almendros y olivos, estarían afectadas.
Por otra parte, la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana ha retirado 2.950 animales, muertos en explotaciones ganaderas de las zonas afectadas por la dana para evitar riesgos sobre la salud pública.
En este punto, sociedades científicas de salud pública, urgencias y emergencias y ONG que están trabajando sobre el terreno en las zonas más afectadas por la catástrofe para garantizar la salubridad de estas áreas han alertado de que los desastres naturales no transmiten enfermedades infecciosas ni los cadáveres son fuente de epidemias en España.
El principal riesgo ahora de las aguas de la dana, sobre todo las estancadas, son las enfermedades gastrointestinales, los mosquitos y las heridas que pueden causar los materiales que arrastran y que la contaminación de agua por cadáveres de animales o humanos no es un problema ahora mismo de salud pública en estas zonas, aunque sí es importante su retirada cuanto antes.
Ante esta situación, el Consejo de Ministros aprobará previsiblemente este martes la declaración de zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil para aquellas áreas más golpeadas por la dana y que, entre otras medidas, facilitará ayudas económicas a las víctimas de esta catástrofe natural.
Por su parte, y como otra medida a implantar para la protección de los trabajadores, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha anunciado un «escudo laboral» que tendrá efectos desde el 29 de octubre, el día en el que la dana devastó la provincia de Valencia, para que «no caiga ni una empresa ni un trabajador».
Ese «escudo» incluye medidas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), sin periodo de carencia, que no consume desempleo y con obligación de las empresas de mantener el empleo, y restablecer el Plan Me Cuida que se aplicó en la pandemia de covid-19 para garantizar los derechos de conciliación en la Comunidad Valenciana. EFE
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