Un taxista de Neuquén quedó detenido y deberá cumplir seis meses de prisión preventiva, acusado de haber querido asesinar a su expareja. En una oportunidad, la atacó dentro del hospital, donde la mujer estaba internada. Luego, la arrastró varios metros, dos veces, con el taxi que conducía.
La fiscal María Eugenia Titanti consideró que el taxista, identificado por sus iniciales como J.E.M., cometió una serie de agresiones que conforman una escalada de violencia. Por lo tanto, solicitó que se le imponga la prisión preventiva por tentativa de femicidio.
Titanti le formuló cargos por “haber amenazado, lesionado, privado de la libertad e intentado matar” a una mujer que había sido su pareja y por desobedecer una orden judicial que le impedía acercarse. “Dicha relación estuvo atravesada por un contexto de violencia de género, el cual se incrementó en diversos episodios de agresión física y psicológica por parte del imputado”, precisó.
El primer hecho, según describió la fiscal de la unidad de Violencia contra las Mujeres, Diversidades y Delitos Sexuales, fue cometido el 14 de enero de 2024, cuando J.E.M. se encontraba junto a la víctima, que estaba internada en el hospital. Tras discutir, el acusado “le quitó violentamente el suero que ella tenía colocado en uno de sus brazos, para luego tomarla del cuello y ejercer presión, generando una asfixia mecánica parcial”. Mientras la agredía, la amenazó con matarla si la veía a otra persona. “Esta situación fue advertida por personal del hospital, que interrumpió el accionar del imputado y lo retiró del lugar”, agregó Titanti.
El segundo hecho de la formulación de cargos sucedió el día 28 de agosto de 2024, a las once y media de la noche, cuando a bordo del taxi que conducía, el acusado se dirigió a la casa de la víctima para que esta le devolviera un teléfono que había dejado horas antes en la vivienda. “Cuando la víctima se acercó a la ventanilla del lado del conductor del auto para devolverle el dispositivo, el imputado la tomó del brazo y aceleró el vehículo y provocó que la víctima cayera al suelo, sufriera golpes en sus extremidades y una herida en el rostro”, relató Titanti.
Y ya el 14 de octubre del corriente año, el imputado volvió a presentarse en la casa de la víctima, quien subió al taxi, y comenzaron a circular por distintas partes de la ciudad. En el trayecto, J.E.M. le suministró bebidas alcohólicas y, en un determinado momento, “sin más, comenzó a agredirla verbalmente, recriminándole que le había sido infiel”. Más tarde, un joven que aún no pudo ser identificado, subió al vehículo. La víctima le pidió ayuda porque el imputado no la dejaba irse, pero ante la indicación del acusado, el joven se bajó del auto.
En ese momento el imputado le dijo que le iba a quebrar el brazo y comenzó a ahorcarla, mientras le reiteraba que la iba a matar. “Ante ello, la víctima intentó resistirse, gritando y empujando”, indicó Titanti. El imputado la soltó cuando advirtió que era filmado por una cámara del vehículo y que había terceros en la vía pública. Al descender del auto, la víctima quedó enganchada en un cinturón de seguridad y fue arrastrada por el imputado. El último hecho que se le atribuyó durante la audiencia ocurrió el 29, cuando, nuevamente, el taxista interceptó a la víctima en la calle, le quitó la cartera, la tomó del cuello y le rompió el teléfono celular.
Titanti precisó que los dos últimos hechos se dieron mientras se encontraba vigente la prohibición de acercamiento y contacto del imputado hacia la víctima, dispuesta por un juez del fuero de Familia el 29 de agosto. Tras escuchar a las partes, el juez de garantías Marco Lupica Cristo hizo lugar a la formulación de cargos, fijó el plazo de investigación en 4 meses y ordenó la prisión preventiva por 6 meses.