En línea con el Gobierno de la provincia, el intendente de Zapala, Carlos Koopmann, firmó los decretos para echar a dos empleados del municipio. Según informaron funcionarios zapalinos, uno de ellos había presentado certificados sin validez y el otro ya no viviría en la ciudad.
La cesantía de dejar a ambos trabajadores llegó luego de que se comprobara que los dos no se presentaban a trabajar desde hace 9 años. Se trata de una mujer que tenía 31 años de antigüedad –había ingresado en 1993– y un hombre con casi 13 años –comenzó en 2011– de “servicio”.
Belén Aragón, la secretaria de Gobierno, detalló que uno de los casos se trata de una mujer que no se presentaba a trabajar desde octubre de 2016. Primero prestó funciones en la municipalidad y luego se desempeñó en el área de capacitación de la Asociación de Trabajadores Municipales (ATM) de Zapala. Según la funcionaria, se comprobó que la empleada presentó certificados sin validez.
En cuanto al segundo caso, se trata de un hombre que cumplía tareas en el área de Obras Públicas. El agente faltaba desde el 23 de diciembre de 2015. De acuerdo a los registros municipales, el hombre ya no viviría en Zapala y tendría domicilio en la localidad de Plottier.
“Cuando asumió la primera gestión del intendente Koopmann, desconocemos por qué motivo, el municipio no tenía implementado el proceso de las Juntas Médicas, tal como fija el artículo 132 de la ordenanza 95/85 que es el Estatuto Municipal”, explicaron desde el Ejecutivo municipal para justificar la demora en dar de bajas a ambos agentes. Aseguraron que una vez superada la pandemia el procedimiento que se normalizó.
Aragón manifestó que luego de que desde el nosocomio local se negaran a constituir la junta médica para revisar cerca de 100 casos, se contrató a profesionales en el ámbito privado. “A partir de ahí finalmente comenzamos a regularizar las situaciones que se presentaban, con casi un centenar de empleados que presentaban certificados médicos”, dijo la funcionaria.