El Club Don Bosco de Zapala, cuna del campeón del mundo Marcos “El Huevo” Acuña, se sumó a la discusión respecto al decreto del gobierno nacional que plantea que a partir del 1° de noviembre, los clubes podrán convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Esta medida permitiría el ingreso de capitales privados en las instituciones deportivas.
En una entrevista con “Radio LU5”, Jorge Badilla, presidente del Club Don Bosco de Zapala, expresó su sorpresa ante el anuncio del decreto gubernamental y destacó que en el ámbito del fútbol ya existía una postura clara en contra de esta medida. Además, indicó que hay muchas cosas que todavía tienen que resolverse estatutariamente.
El dirigente del club zapalino, que ha sido el hogar formativo de Marcos Acuña antes de su salto al estrellato, explicó que la mayoría de los clubes, especialmente en el interior, ya dependen de aportes privados y del Estado para subsistir. Respecto a eso, dijo que los presupuestos actuales no se cubren con cuotas societarias o ventas de empanadas y subrayó que, aunque los aportes privados son necesarios, existen diferencias significativas entre clubes grandes como River o Boca y aquellos de menor envergadura.
Badilla remarcó que los clubes del interior enfrentan desafíos financieros importantes y que muchos, como Don Bosco de Zapala, subsisten pero no pueden progresar. Este club, además de su dedicación al fútbol, se convirtió en un pilar de la comunidad, ofreciendo actividades sociales y comunitarias como un merendero para niños. El dirigente remarcó que no ven la parte económica, sino el sentimiento y la dedicación de muchas horas a los clubes sin nada a cambio.
El presidente del club dejó claro que, bajo un modelo de SAD, estas actividades no serían viables, ya que un privado probablemente no las consideraría rentables. Además, remarcó que los clubes deben seguir siendo para los socios y aseguró que ningún inversor privado estaría interesado en adquirir o gestionar un club a nivel regional.
La noticia, de la cual se habló durante los últimos días, no solo afecta a Don Bosco de Zapala, sino que refleja una realidad compartida por muchos clubes en todo el país, donde la pasión y el compromiso de sus dirigentes y socios mantienen viva la esencia del deporte y la comunidad.