Los detenidos alojados en la alcaidía de la comisaría 44 de Valentina Sur protagonizaron este jueves un violento motín que incluyó la quema de ropas y colchones, por lo que uno de los internos requirió de asistencia médica por un principio de asfixia. La revuelta se extendió hasta bien entrada la madrugada, momento en que se dio por controlada la situación.
El comisario inspector Darío Ahuir informó que el motín comenzó minutos antes de las siete de la tarde del jueves, cuando se dio la orden de cerrar el patio para que los internos regresaran a sus celdas. Dijo Ahuir que en el momento en el que el personal penitenciario se dispuso al recuento de presos, muchos se negaron a reingresar y comenzaron las actitudes hostiles hacia los uniformados.
Tomaron prendas y colchones y los prendieron fuego, en especial en el patio y en la cocina, que fue uno de los sectores más perjudicados por el fuego y el humo, dijo el funcionario.
De inmediato, las autoridades penitenciarias y policiales emitieron el alerta. Un grupo nutrido de efectivos del grupo especial rodeó la comisaría para abortar cualquier intento de fuga. Los bomberos llegaron para sofocar las llamas y personal de Salud también intervino para “cuidar la salud de los internos”, señaló Ahuir.
Mientras, se dispuso el corte de los suministros de gas y electricidad, indicó Ahuir. Agregó que fue requerida la presencia del grupo especial de Requisa de la Unidad 11 para que acceda al pabellón y a las celdas. Recién a las tres y media de la madrugada la situación fue considerada “controlada”. A primera hora de la mañana de este viernes, la requisa contabilizó trece internos –siete procesados y seis condenados–, por lo que se descartó que alguno se haya fugado.
Ahuir simplificó el origen del motín al señalar que “se querían quedar más tiempo en el patio”. Pero no puede soslayarse que este motín ocurre en el contexto de una grave crisis carcelaria, porque las unidades penitenciarias están sobrepasadas de reclusos y muchas de ellas requieren reparaciones urgentes.