domingo, 24 noviembre, 2024
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Obtienen la primera Declaración Ambiental en la producción ganadera, que destaca su huella de carbono negativo

Una empresa familiar, en Federal, Entre Ríos, dio un importante paso para toda la cadena industrial al demostrar la viabilidad de combinar la innovación eficiente con la sostenibilidad ambiental.

Huellas de Carbono. (Foto: Expoagro).

Huellas de Carbono. (Foto: Expoagro).

Un establecimiento agropecuario avanzó en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, en el departamento de Federal, en la provincia de Entre Ríos. Bajo la dirección de Paolo Fontana, un agrónomo italo-argentino, este proyecto logró certificarse como la primera empresa en producir ganado con huella negativa. Este avance no solo marca un punto de inflexión en la industria, sino que también subraya la importancia de la sostenibilidad ambiental en la producción.

En ese sentido, la empresa obtuvo la Declaración Ambiental por cada kilogramo de animal en peso vivo, tras analizarse exhaustivamente las emisiones y capturas de carbono en su producción silvopastoril.

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Como parte de su estrategia de mejora genética, Fontana decidió trabajar exclusivamente con la raza Angus. Seleccionada por su rusticidad y adaptabilidad al entorno, esta decisión dio frutos significativos. Con una carga animal aumentada y una producción más eficiente, lograron mejorar tanto la calidad de la carne como sus márgenes brutos.

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A pesar de las dificultades del terreno, caracterizado por suelos arcillosos y drenaje deficiente, Fontana y su equipo no se amilanaron. Reconociendo la necesidad de una organización meticulosa, se esforzaron por lograr un equilibrio entre inversión, manejo de los animales y eficiencia en la producción. Este enfoque les permitió superar los desafíos del clima impredecible y optimizar la productividad en el campo.

Paolo Fontana, propietario de Establecimiento San Esteban, propietario de Establecimiento San Esteban, en Entre Ríos. (Foto: Expoagro).

Paolo Fontana, propietario de Establecimiento San Esteban, propietario de Establecimiento San Esteban, en Entre Ríos. (Foto: Expoagro).

El establecimiento se destaca por su enfoque en el carbono negativo y el manejo sostenible del monte

La historia del campo de Fontana es una mezcla de tradición y visión sostenible. Inicialmente dedicado a la cría de ovejas en medio de la exuberante selva de Montiel, el campo experimentó transformaciones significativas a lo largo de los años. La familia, además de la ganadería, incursionó en la producción arrocera, siempre manteniendo un equilibrio consciente con la preservación del entorno natural.

Tras la jubilación de su suegro, Fontana asumió el control total del Establecimiento San Esteban, enfocándose en potenciar la producción ganadera. Su enfoque innovador lo impulsó a realizar inversiones en tecnología y capacitación del personal para maximizar la eficiencia. Este cambio requirió inversiones en maquinaria y capacitación del personal.

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En este contexto, Fontana, preocupado por garantizar la transparencia y la calidad de su producción, implementó rigurosos sistemas de trazabilidad, como el uso de caravanas y balanzas electrónicas, así como el empleo de chips para recopilar información detallada desde el nacimiento hasta la faena de los animales.

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Esta dedicación a la trazabilidad se complementó con un firme compromiso con la calidad, lo que llevó a iniciar el proceso de certificación ambiental para analizar el impacto de carbono de su campo.

En un paso más para la industria ganadera argentina y mundial, obtuvo la Declaración Ambiental de Producto (EPD) por cada kilogramo de animal en peso vivo. Este logro, resultado de un estudio realizado por un equipo multidisciplinario del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Universidad de Río Cuarto, marca un avance significativo en la medición y comprensión del impacto ambiental en la producción ganadera. El análisis se llevó a cabo utilizando el método de Análisis de Ciclo de Vida, de acuerdo con la norma ISO 14025 de Ecoetiquetado.

Certificación ambiental, una ventaja competitiva clave para el campo

En tanto, los resultados del estudio revelaron un impacto ambiental sorprendente: logró un balance de carbono negativo, con -1,77 kg CO2eq por cada kilogramo de peso vivo en la tranquera del campo. Para Fontana, este logro refuerza su convicción de que el monte es una valiosa oportunidad cuando se maneja de manera inteligente, con prácticas de limpieza, siembra y rotación de animales.

En el establecimiento, combinan ganadería de ciclo completo con cultivos de invierno y verano, alternando trigo, sorgo y soja con verdeo de invierno. (Foto: Expoagro).

En el establecimiento, combinan ganadería de ciclo completo con cultivos de invierno y verano, alternando trigo, sorgo y soja con verdeo de invierno. (Foto: Expoagro).

Aunque la unidad productiva ya operaba bajo una cultura sustentable desde sus inicios, su propietario reconoció la importancia de implementar constantes mejoras. Entre ellas, destaca la implementación de un sistema más holístico para mejorar la rotación de verdeo, lo que benefició el control de la maleza y el manejo de la erosión. Además, se realizaron mejoras en el manejo de los tractores, todo con el objetivo de optimizar aún más la huella de carbono.

Para Fontana, cada cambio implementado tiene como criterio fundamental la generación de beneficios tangibles en los resultados ambientales.

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A su vez, con la mirada puesta en las políticas de importación de alimentos que implementará Europa a partir de 2025, Fontana reconoció el valor estratégico de la certificación como empresa carbono neutral. Consideró que esta distinción no solo proporciona una ventaja competitiva en el mercado internacional, sino que también abre nuevas oportunidades de negocio.

Con este objetivo en mente, Fontana está invirtiendo tiempo y recursos en desarrollar un canal de venta para carne con certificación ambiental, apuntando a satisfacer la demanda de consumidores preocupados por la calidad y el impacto ambiental de los productos que consumen.

La empresa logró la Declaración Ambiental por cada kilogramo de animal en peso vivo, tras un exhaustivo análisis de las emisiones y capturas de carbono en su producción silvopastoril. (Foto: Expoagro).

La empresa logró la Declaración Ambiental por cada kilogramo de animal en peso vivo, tras un exhaustivo análisis de las emisiones y capturas de carbono en su producción silvopastoril. (Foto: Expoagro).

Finalmente, la creciente demanda de productos con certificación ambiental no se limita únicamente a Europa, sino que también se observa en otros mercados importantes como Estados Unidos, Alemania, Suiza y China. Fontana reconoció este cambio en los hábitos de consumo y está comprometido en expandir su negocio para satisfacer esta demanda creciente.

Su visión incluye la colaboración con un frigorífico para desarrollar un canal de venta dedicado a productos con certificación ambiental, lo que refleja la creciente importancia del valor agregado y la calidad en la industria alimentaria.

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