En un fallo impactante y demoledor, la Cámara de Casación bonaerense condenó este miércoles a la pena de prisión perpetua al vecino del country El Carmel, Nicolás Pachelo, por el asesinato de María Marta García Belsunce. Pachelo está preso desde hace años por más de 20 robos en distintas casas de countries o en viviendas de sus amigos, pero había sido absuelto en el juicio oral “por el beneficio de la duda” respecto del homicidio de la socióloga, esposa de Carlos Carrascosa. En el mismo juicio, Pachelo fue condenado a 9 años de prisión por robos que se sumaron a otros robos anteriores por los que también había sido condenado. Tras la apelación, la Casación –con la firma de Fernando Mancini y Florencia Budiño– dio por probado que Pachelo entró a la casa del Carmel a robar, que María Marta lo sorprendió y, como ella lo conocia y ya lo había denunciado, el vecino la mató de seis tiros, cinco que entraron en el cráneo y uno que rebotó y se conoce como el famoso “pituto”.
La denuncia de una corporación judicial
El fallo condenatorio tiene 311 páginas. Hay una parte que no está firmada por los jueces, sino que sintetiza las posiciones de las partes. Y en ese tramo, impresiona la mirada de Gustavo Hechem, el abogado de la familia García Belsunce y de Carrascosa. Describe, en detalle, una especie de trama del Poder Judicial de San Isidro, en la que participaron jueces y fiscales, para tapar los gravísimos errores del fiscal original, Diego Molina Pico, y, con ese propósito, echarle la culpa del homicidio al viudo. Enumera testimonios que se dejaron de lado, cómo se anularon escuchas en las que prácticamente Pachelo confesó el crimen, desestimaron pericias, las declaraciones de forenses y, sobre todo, la forma irregular en que se designaron los jueces para el juicio oral que, en fallo dividido, absolvieron al vecino. Por ejemplo, empleados vinculados a la familia Pachelo habían contado que compró un arma calibre 32 –el calibre del asesinato–, que estuvo practicando en una tosquera, que fueron a comprar proyectiles y que por la venta de esa tosquera cobró 1.800.000 dólares y luego dijo: “Esa vieja me costó 800.000 dólares”. Esa es la cifra que le pagó a su abogado para que lo hiciera zafar de la acusación, cuando aún nadie lo había acusado. Hasta se le restó valor al testimonio del hermano de Pachelo, Francisco, quien declaró que Nicolás había asesinado a María Marta.
Todo contra el viudo
El viudo, Carlos Carrascosa, estuvo 6 años preso en Campana y la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires lo consideró inocente en 2016, a 14 años del asesinato de su esposa. A María Marta la mataron el 27 de octubre de 2002. Desde que la Corte absolvió a Carrascosa, un equipo de fiscales de San Isidro, encabezado por Patricio Ferrari e integrado por Federico González y Cosme Irribarren, coordinados por el fiscal general John Broyard, trabajó en todas las pruebas. Otros dos fiscales hicieron la investigación que torció el rumbo de la causa: la fallecida Inés Domínguez y Andrés Quintana, quien también participó del juicio. Y hubo tramos en que recurrieron al asesoramiento del conocido criminalista Raúl Torre, quien siempre sostuvo la inocencia de Carrascosa y las sospechas sobre Pachelo. A lo largo de los años transcurridos, este diario pudo constar la pasión con la que trabajaron todos los integrantes del team fiscal. Al final de las audiencias del juicio, Patricio Ferrari pidió la prisión perpetua de Pachelo por haber asesinado a María Marta, pero ya sabían que dos de los tres magistrados eran parte de la trama que se jugó a tapar los errores cometidos desde la tarde misma del crimen. El resultado fue el voto dos a uno que absolvió a Pachelo, por el beneficio de la duda.
Juicio con la cancha inclinada
Los elementos contra Pachelo ya eran demoledores en el propio juicio. Se le habían comprobado robos en casas del country Carmel, Pachelo le había secuestrado el perro Tom a Carrascosa y María Marta exigiéndoles dinero para devolverlo y mintió diciendo que no estaba en el country en el momento del homicidio, sino en el Paseo Alcorta. Esa coartada fue demolida por la acusación a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad de El Carmel y el testimonio categórico de tres jóvenes que lo vieron trotando cerca de la casa que fue escenario del brutal asesinato.
El fallo menciona que se dejaron de lado algunas pruebas de máxima importancia:
*Pachelo fue a una estación de servicio al día siguiente del crimen y preguntó “¿qué se sabe del asesinato de esa mujer en el country?”. A esa hora, no se sabía que María Marta había sido asesinada, sino que se creía que fue un accidente. O sea, es razonable pensar que sólo el homicida sabía que fue un homicidio. En el juicio oral, se minimizaron los testimonios de la estación de servicio sosteniendo que eran contradictorios.
*También se le restó importancia a un robo perpetrado por Pachelo en el que exhibió un arma. Fue en la casa de la familia Augé –Gastón Augé era un amigo de Pachelo– cuya madre estaba sola. Los jueces del tribunal oral dijeron que no se parecía a los otros robos de Pachelo, pero los magistrados de Casación consideran ese hecho como muy parecido al del asesinato: el vecino robaba llaves, estudiaba a qué hora no había nadie en la vivienda, entraba y buscaba dinero o bienes valiosos. El texto de Maidana y Budiño enumera hecho por hecho, robo por robo. “Los hechos presentan grandes semejanzas, hasta sus diferencias los emparentan”, dicen los jueces.
También se detallan otros hechos de violencia de Pachelo. Incluso su propio abogado le dijo a un familiar, Horacio García Belsunce, antes de que Pachelo fuera sospechoso, “en Carmel tengo un cliente que es capaz de vaciarle un cargador entero”. Numerosos episodios fueron relatados por la familia de Pachelo, incluyendo a su madrastra, Jackie Barbará, última esposa del padre de Pachelo, Roberto. El mismo diagnóstico hicieron los psiquiatras que intervinieron en el expediente.
El domingo del crimen
“Los hechos probados expresan que el ingreso al domicilio de la víctima no tuvo por finalidad la matación vengativa, sino la sustracción de bienes”, concluyen los jueces. Como María Marta ya había denunciado a Pachelo, “de cara a María Marta, el acusado podía presagiar que no sería ella una pasiva damnificada, avizorando el ejecutor lo que se venía. Ello selló rápidamente el fatal destino de García Belsunce”.
Maidana y Budiño describen que Pachelo mintió diciendo que no estaba en el country –lo hizo en varias entrevistas periodísticas–, pero que los testimonios demuestran que estaba trotando cerca de la vivienda de Carrascosa y María Marta. Los magistrados registraron, además, que primero Pachelo dijo que él no corrió esa tarde porque estaba con una lesión y que luego cambió la versión diciendo que trotaba a buscar el auto de su esposa. Finalmente, las filmaciones de la salida del country demuestran que salió después del crimen, mientras que la versión de Pachelo es que a esa hora estaba en el shopping Paseo Alcorta. En el cuadro entra que el vecino y su madre, Silvia Ryan, le compraron un juguete al hijo de Pachelo, pero eso fue a las 21.30, no en el horario en que mataban a María Marta.
El resumen sería el siguiente: María Marta estaba jugando al tenis, empezó a llover y decidió volver a su casa antes de la hora prevista. Lo hizo en bicicleta, no en su camioneta. De manera que llegó con el ruido de la lluvia y sin que se escuchara que lo hacía en bicicleta, de manera que quien estaba adentro no advirtió la llegada. Los jueces afirman que María Marta se encontró a Pachelo, éste «le pegó golpes de puño en el rosto y en el cuerpo para luego efectuarle con el arma que portaba seis disparos, siendo éstos los que provocaron el deceso inmediato, dándose a la fuga en poder de la caja de la Asociación Amigos del Pilar, con los efectos que contenía la caja».
Las evidencias que menciona el fallo se suceden a lo largo de más de cien páginas. Por ejemplo, que Pachelo inusualmente después lavó la ropa que llevaba puesta, que resultó incoherente todo su relato de cómo se movió dentro del country ese atardecer y que un preso, que compartió celda con Pachelo, reveló que éste le confesó el crimen.
La conclusión: «condenando a Nicolás Roberto Pachelo Ryan como autor penalmente responsable de los delitos de robo agravado por el uso de arma y homicidios criminis causae a la pena de prisión perpetua».
¿No vieron los disparos?
El fallo de Maidana y Budiño arrasa con una cuestión que pesó mucho en la opinión pública: ¿cómo fue que Carrascosa y su familia no se dieron cuenta de entrada de que a María Marta la asesinaron? ¿Cómo no vieron los disparos? Los magistrados de Casación transcribieron lo que dijeron los forenses que hicieron la autopsia, Héctor Moreira y Carlos Flores: “fue muy trabajoso determinar la causa de la muerte. Eliminado todo el pelo, vieron con dificultad cuatro lesiones que parecían punzantes, pero no penetrantes (como en el caso de un proyectil). Resultaba imposible todavía decir que fueran de un proyectil”.
Dicen los jueces: “es claro que la inadvertencia de que la víctima tenía varios disparos resulta patrimonio compartido por familiares, amigos, médicos, asistentes médicos, asistentes fúnebres, policía y el fiscal Molina Pico, siendo que estos últimos, los jerarquizados funcionarios, también tuvieron ante sí el cuerpo de la víctima y el lugar del hecho y con la experticia que deberían brindarle sus calidades funcionarles, nada advirtieron”.
En el texto, nuevamente se reitera que fue falsa la versión de que se cerraron los orificios de bala con pegamento o que hubo un intento de cremar el cuerpo. Todo resultó una mentira.