Ayer, como todos los días, el chat grupal que reúne en comunicación virtual a todos los gobernadores y el jefe porteño sonó, y sonó. Ocurre que la senadora nacional por Chubut, Edith Terenzi, denunció que fue amenazada de muerte tras haber votado en contra de la aprobación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023. La legisladora reveló que su teléfono se había viralizado en las redes identificadas con los libertarios. Y acusó a la Casa Rosada de instigar las agresiones en su contra. Los jefes de las provincias usaron su Whatsapp colectivo para expresarse sobre el tema. “Toda mi solidaridad con Terenzi”, fue el mensaje inicial de un mandatario que no es el de Chubut, y que fue avalado por todos sus colegas.
“23 Gobernadores más 1 Jefe Porteño”, es el nombre del grupo de chat, tan solo uno de los modos de dialogar entre sí que implementaron los jefes de los distritos del interior y la Capital Federal, que por razones diversas conforman ahora un grupo homogéneo. Los gobernadores y el alcalde de la Ciudad dejaron de lado diferencias ideológicas o intereses contrapuestos para unificar fuerzas.
Javier Milei unió lo que la política solía dividir. Sus tuits contra gobernadores o dirigentes dialoguistas u opositores, tuvieron efecto en sus destinatarios.
La cuenta de X del Presidente se transformó en una especie de cuestión de Estado.
El uso que hace el Jefe de Estado de esa red social fue uno de los temas de debate en las reunión del 8 de marzo en la Casa Rosada, en la que participaron todos los gobernadores o, en casos de ausencias justificadas, algunos vices más el Jefe Porteño.
La primera que abrió la discusión sobre el tema fue la vicegobernadora de La Rioja, Teresa Madera, que se hizo presente en representación de su jefe, Ricardo “Gitano” Quintela.
“Si el Presidente vuelve a insultarnos en las redes sociales, o en los medios, nos vamos a ofender en serio. El cambio cultural que ustedes están haciendo es mostrarle a los más jóvenes que el camino es el revanchismo o burla«, dijo Madera. El resto de los presentes avalaron esa posición. E incluso varios de ellos dieron breves discursos en el mismo sentido.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, se miraron entre sí, pero no garantizaron que la “paz” con Milei sería un hecho. Por ahora, lo es.
Eso, a pesar de que Milei avaló ayer en sus tuits al diputado José Luis Espert, quien llamó a los bonaerenses a la rebelión fiscal debido a la suba de impuestos que impulsó Axel Kicillof. Al límite, criticó al mandatario bonaerense.
Más allá de todo, Kicillof no le responderá al Presidente. Considera que sus diatribas no tienen sustento como para romper el diálogo institucional que retomó con la Casa Rosada. Además, está seguro de sí mismo: afirma que el aumento de impuestos fue aprobado por la legislatura bonaerense, y que para colmo será “gradual”. “Hay que poner racionalidad en la discusión», dicen cerca de Kicillof.
La reunión de los gobernadores en la Casa Rosada duró más de cuatro horas. La mitad de ese tiempo, más allá del pedido de límites a los tuits de Milei, fue utilizado por los mandatario y el jefe porteño para hacerle otro reclamo al Gobierno: que gestione con más eficacia. “Sin los nombramientos de los cargos que faltan designar en el Estado, va a seguir la parálisis de la Administración”, fue el otro concepto que dejaron en claro frente a los funcionarios libertarios.
Con todo, en la semana que acaba de terminar el “acuerdo” no explícito de Milei con los gobernadores volvió a tambalear.
La sesión en el Senado en la que una mayoría de legisladores rechazó la aprobación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 renovó las intrigas que habían quedado de lado. Primero, por la crisis que se desató entre la Presidencia y la vice, Victoria Villarruel. Después, porque el Gobierno emitió un comunicado en el que se expresó que el rechazó al DNU comprometía la convocatoria al llamado “Pacto de Mayo”, en el que se rediscutirían aspectos cruciales entre toda la dirigencia nacional, tanto económicos como políticos.
Todo cambió en poco tiempo. El gobierno volvió a usar un tuit para dirigirse a los gobernadores y el jefe porteño. Pero, en este caso, no fue para confrontar: “El Presidente de la Nación desea destacar la labor de los senadores nacionales de La Libertad Avanza, del PRO, y especialmente de la mayoría absoluta de los senadores de la Unión Cívica Radical”. Nuevos tiempos.
Milei pasó los últimos días en medio del vértigo, broncas y también fría estrategia.
Empezó la semana en medio de la polémica por la difusión de la suba de su sueldo y también del salario de sus ministros. Derogó esa medida y despidió de su equipo no solo al ahora ex secretario de Trabajo, Omar Yasín. Si no que también dejó su cargo el secretario transformación del Estado en la Jefatura de Gabinete, Armando Guibert.
Los malestares le llegaron a la Casa Rosada, luego, desde el Congreso. En la Cámara de Diputados legisladores afines al oficialismo intentaron sesionar para implementar una fórmula de suba a los jubilados. La Rosada operó para que no hay quórum. Lo logró.
Nada sería comparable a lo que pasó en el Senado en la sesión convocada por la titular de la Cámara baja, Villarruel, en la que se rechazó el DNU 70/2023.
Desde el propio Gobierno se difundieron las versiones del enojo total del Presidente con su Vice. Otro comunicado oficial dejó casi expreso que el fastidio con Villarruel, quien hace meses se distanció del Jefe de Estado, aunque sus comunicaciones nunca se cortaron de modo abrupto. Convivencia institucional pero con disputa.
El oficialismo presionó para que no haya rechazo a una de sus primeras medidas de gobierno. Hubo. Se desató una “crisis” sobre las verdaderas intenciones que mueven a la Vice. Pero Milei no escaló en el conflicto cuando el conflicto parecía indetenible. Habrá moderación y “paz”.
El martes que viene, por ejemplo, el Presidente espera que la Vice esté presente en la reunión del Gabinete. “Victoria entendió lo que estaba haciendo. Fue por eso que difundió el video por X en el que aclara que su lealtad a Javier es inclaudicable”, explicaron calificadas fuentes de la Presidencia a Clarín.
Villarruel dejó trascender en diálogo con gobernadores y dirigentes de diversos partidos que ella nunca tuvo la intención de complotar contra el Gobierno. “No tenía otra alternativa que permitir el debate sobre el DNU”, insistía mientras se desarrollaba la sesión en el Senado.
Milei, en la intimidad de la Residencia Presidencial Olivos (RPO), pacificó sus pensamientos y acciones.
La vice había intentado postergar el debate sobre el DNU pero, otra vez, las redes sociales identificadas con La Libertad Avanza viralizaron un tsunami de mensajes en su contra. Villarruel enfureció pero también hizo gestos para que la Casa Rosada frenara la confrontación. Llamó a varios gobernadores para intentar persuadirlos de lo necesario que era no rechazar el DNU 70/2023. La explicación de los mandatarios y de legisladores que finalmente emitieron votos no positivos fueron múltiples.
La senadora que denunció que fue amenazada, Terenzi, le pidió al gobernador de su provincia, Ignacio Torres, que le transmitiera a Villarruel que votaría en contra del DNU porque considera inadmisibles algunos tuits de Milei en los que, según ella, se habría burlado de las personas con síndrome de Down. Terenzi preside una fundación de ayuda a jóvenes de capacidad diferentes. “No puedo votar una delegación de facultades a este presidente”, argumentó la legisladora.
La Vice incluso habló con otros mandatarios para intentar que los dos senadores de Santa Cruz que responden al mandatario Claudio Vidal no votaran contra el DNU, cosa que finalmente pasó.
El ministro del Interior, el incansable Guillermo Francos, sabía que los santacruceños afines tomarían esa posición.
“Vidal está enojado porque se cortó la financiación de China a las represas Kirchner-Cepernic. Y también por los despidos en la mina de carbón de Río Turbio”, dijeron en el ala más moderada del Gobierno.
En la intimidad de la RPO, Milei admite que es posible, aunque no tan probable, que la Cámara de Diputados también rechace su DNU titulado “Bases para la Reconstrucción de la Economía argentina”. Tal como adelantó Clarín, tiene la convicción de que, si ese escenario llegara a ocurrir, él insistirá firmando otros DNU implementando las mismas reformas del que fue rechazado por el Senado. El tiempo dirá. “Tengo todas las cartas sobre la mesa”, repitió el Presidente frente a sus funcionarios de mayor confianza.
El Jefe de Estado ya trabaja para lograr que Diputados vote la nueva Ley “Bases”, cuyo nuevo contenido es menos ambicioso en las reformas y facultades delegadas que solicitará el Jefe de Estado, de lo que fue el proyecto original. La Casa Rosada quiere mostrar que es capaz de negociar con la oposición moderada, y no tanto. Falta consensuar aun cómo la Presidencia permitirá más financiamiento a las provincias.
Milei, mientras tanto, celebra la baja en la inflación, y el superávit financiero en febrero. El Jefe de Estado espera que el FMI otorgue un préstamo de 15 mil millones de dólares para abrir el cepo a la divisa norteamericana, y también las importaciones.
Javier Milei y su hermana Karina vivieron otros acontecimientos en todos estos días de vértigo político. Por razones graves que el Presidente no dio a conocer, fue desplazado de su cargo el jefe de la Casa Militar, Alejandro Guglielmi. Era el encargado de garantizar la seguridad del Presidente de la Nación en la Casa Rosada y Olivos.