El ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral de la provincia de Neuquén, Lucas Castelli, respondió a las críticas de las organizaciones sociales, que manifestaron malestar por “las deficiencias en el relevamiento de beneficiarios de la garrafa social” y denunciaron que se realizó por WhatsApp y se extendió “solamente por tres días”.
El funcionario explicó que el Gobierno decidió cambiar la metodología de distribución de la garrafa social, luego de un relevamiento de usuarios y estableció puntos de entrega “a través de los Centros de Promoción Comunitaria”, señaló. Castelli remarcó que en el último tiempo, la distribución se hacía mediante la entrega de un bono, lo que dificultaba la posibilidad de realizar un control.
El funcionario del Gobierno que encabeza Rolando Figueroa, dejó entrever la sospecha de que el beneficio de la garrafa social, sería utilizado políticamente, al señalar que “realmente no había control de cuánto ni cómo llegaban, sino que se distribuían a través de organizaciones sociales o referentes políticos”, por lo que eligieron los centros de promoción comunitaria, “que son lugares que estaban olvidados”, como puntos de entrega.
Castelli hizo un llamado a todos las personas que necesiten del beneficio, para que acudan a reempadronarse, ya que la próxima semana esperan comenzar con la distribución. Se refirió también a la inversión que realiza la provincia para sostener el programa y explicó que “aún no ha llegado el subsidio de Nación a la provincia.
“El Estado Nacional subsidiaba el contenido, el gas y la provincia se encargaba del transporte” y aunque no llegan las partidas nacionales, “el gobernador tomó la decisión de abordar igualmente la entrega en toda la provincia”, expresó. Detalló que el impacto financiero es de 2.900 millones de pesos en el año.