En un clima electoral cada vez más tenso, los periodistas Pedro Rosemblat y Diego Brancatelli, reconocidos defensores del peronismo y fervientes críticos del presidente Javier Milei, quedaron en el centro de la polémica por comentarios que muchos interpretaron como una incitación al fraude electoral. Ambos comunicadores, influyentes en redes y en medios afines al oficialismo, realizaron declaraciones en tono humorístico que generaron preocupación por su posible impacto en el electorado.
En un video difundido en su canal Gelatina, Rosemblat ironizó sobre el proceso de votación y sugirió, entre risas, una acción provocadora en caso de no encontrar a un candidato en la boleta. Hacía referencia a la confusión generada por la candidatura de Diego Santilli, que reemplazó a José Luis Espert en la lista de La Libertad Avanza, impidiendo reimprimir las boletas con su imagen. “Para que no haya ningún tipo de dudas, si tu candidato no está en la boleta salís y decís de manera fuerte y clara ‘falta Santilli en la boleta y yo lo quiero votar’. De esa manera le facilitás el trabajo a los presidentes de mesa. Llegás, gritás ‘voto a Santilli’ y ya está, como en la década del 20, la década infame”, expresó ante las carcajadas de sus compañeros.
Por su parte, Brancatelli fue señalado por promover confusión en un segmento de su programa en C5N, donde explicó que para votar a Fuerza Patria bastaba con tachar al candidato y listo, mientras que para quienes quisieran apoyar a La Libertad Avanza recomendó tachar la cara de Espert y escribir el apellido Santilli en grande sobre la boleta. El comentario, aunque formulado en tono de burla, fue interpretado por distintos sectores como un mensaje irresponsable que banaliza el proceso electoral.
Las expresiones de ambos periodistas fueron duramente cuestionadas en redes sociales y por dirigentes opositores, que advirtieron que incitar a alterar una boleta o gritar consignas en el cuarto oscuro puede constituir una falta grave. En un contexto político polarizado, el episodio reavivó el debate sobre los límites del humor y la responsabilidad de los comunicadores en tiempos de campaña.