lunes, 8 septiembre, 2025
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La derrota de Milei en Buenos Aires redobla la presión sobre el Gobierno y Kicillof ya se ilusiona con 2027

El resultado de las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires elevó la presión sobre el gobierno de Javier Milei, que preveía una derrota por mucho menos de los 14 puntos que finalmente le sacó Fuerza Patria a La Libertad Avanza más el PRO, con Axel Kicillof al frente. El gobernador salió para como el gran ganador mientras que el oficialismo quedó en una encrucijada rumbo a las nacionales de octubre, que son estratégicas para el futuro de la gestión.

El peronismo gobernante se impuso cómodamente con el 47% de los votos mientras que LLA sacó el 33,8%, muy lejos de los 5 puntos como máximo que preveía el Gobierno. Los intendentes jugaron fuerte, movilizaron el famoso «aparato», pero era esperable dado que se elegían diputados y senadores provinciales por cada una de las ocho secciones electorales en que se divide el territorio, además de concejales en cada municipio. Se jugaban la gobernabilidad de sus distritos.

Los estrategas de LLA sabían que la pulseada era difícil solo por el poderío histórico del peronismo en la Tercera Sección. Apostaban a un triunfo en la Primera para compensar y dar una pelea voto a voto. Ambas representan el sur y el norte del populoso conurbano bonaerense, respectivamente. Pero los cálculos fallaron: Gabriel Katopodis (Fuerza Patria) le ganó en la Primera a Diego Valenzuela (LLA) con el 47% contra el 37%.

En ese resultado parece estar la clave de la derrota que sufrió el Gobierno. En la Tercera no esperaban algo muy distinto a lo que ocurrió con el aplastante triunfo de Verónica Magario (Fuerza Patria) con el 53% de los votos sobre el 28% de Maximiliano Bondarenko (LLA). Finalmente, el partido de Milei solo pudo ganar dos de ocho: la Quinta con Guillermo Montenegro y la Sexta con Oscar Liberman, ambos con el 41% de los votos.

La derrota es un doble golpe para Milei. Uno sobre la interna LLA entre el sector de Karina Milei y del asesor presidencial Santiago Caputo. La pelea estalló justamente por la confección de las listas para esta elección. El otro es sobre la gestión y la administración de la economía de aquí a las elecciones de octubre, que definirán la nueva composición del Congreso y con ello el horizonte que tiene el Presidente hacia 2027. Ambas cosas están entrelazadas.

Elecciones en Buenos Aires: radiografía de la derrota que sacudió a Javier Milei

Con una participación del 63% del electorado, más alta de la que esperaban tanto en La Plata como en la Casa Rosada, el resultado dio un pantallazo sobre el humor político de la provincia que representa casi el 38% del padrón nacional. Mirado mirado desde la política nacional, abre un interrogante que hasta ahora no existía sobre las chances del oficialismo de ganar los comicios de octubre.

La Provincia es la que concentra la mayor cantidad de votos y la que más diputados nacionales tiene. Por ello es clave para el resultado general y para el desafío que tiene el Gobierno de sumar bancas y ganar músculo en el Congreso. El tamaño de la derrota que sufrió LLA este domingo los obliga a lograr un recorte de la diferencia que a priori parece muy difícil.

En algunas secciones hubo una fragmentación que tampoco ayudó a Milei. En la Cuarta, el intendente de Junín, Pablo Petrecca, hombre del PRO que se fue molesto con las exigencias de los libertarios y sacó el 20% con la lista de Somos Buenos Aires, un caudal de votos que hubiese ayudado a LLA a ganar. Algo similar pasó en la Segunda con el frente Hechos de los hermanos Passaglia también rompió la polarización con el 23%.

Esto pone el foco, en primer lugar, sobre el armado electoral. Karina Milei se adueñó de la lapicera que armó las listas y diseñó la estrategia junto a su armador bonaerense, Sebastián Pareja. La exclusión de Santiago Caputo y sus militantes de Las Fuerzas del Cielo hizo estallar la interna, que luego pareció aplacarse pero solo por necesidad.

Sin embargo, el quiebre en el «triángulo de hierro» se hizo sentir en los últimos dos meses con una falta de estrategia política clara para evitar la seguidilla de derrotas que sufrió el Gobierno en el Congreso, además de la comunicación por momentos errática frente al escándalo por presunto cobro de coimas que salpicó Karina Milei y a su mano derecha, Eduardo «Lule» Menem.

Difícil saber si el duro traspié de LLA en la Provincia fue por el escándalo de los audios, por un error de estrategia electoral (que llevó a una fragmentación en la Segunda y la Cuarta sección que le costó cara), por los primeros síntomas de una recesión o por los vetos a leyes de alta sensibilidad social. Lo concreto es que el Gobierno quedó obligado a mostrar algún tipo de revisión.

En su primera aparición tras la derrota, el Presidente buscó mostrarse dispuesto a hacer modificaciones en ese sentido sin modificar «el rumbo» del «equilibrio fiscal» y la «fuerte restricción monetaria». Exhibió también un intento de prevenir un paso de facturas interno que complique aún más el camino a octubre: subió al escenario junto a Caputo y a su hermana Karina. Uno se paró a su derecha y la otra a su izquierda.

¿Cómo impacta la derrota en el Gobierno?: Milei asume el desafío de una revisión con miras a octubre

En el oficialismo hay quienes sostienen por estas horas que el escenario en la provincia más grande del país cambiará para las elecciones nacionales de octubre. En un sector creen que los intendentes y peronismo bonaerense «se jugaron todo» en esta cita, con ellos mismos en las listas, más la vicegobernadora en la Tercera. «Hasta iba a jugar Cristina», recordó a iProfesional un operador libertario, que considera que ese aparato no se moverá igual el mes próximo.

Milei en persona se encargó de remarcar este punto horas después, al hablar en el búnker de LLA sobre el movimiento del «aparato» de los intendentes, aunque reconoció la derrota y prometió «una profunda autocrítica» para «corregir los errores» que hayan cometido. Prometió continuidad de su plan económico, pero mostró un tono muy distinto al que se le conoció hasta ahora, aparentemente más conciliador.

Otro consideran que la elección de octubre es más fácil de entender porque «se vota a favor de los candidatos de Milei o en contra» y que esto mantiene latente la posibilidad de que el Gobierno consiga en octubre el triunfo que también espera el mercado. Y es que el principal desafío para la gestión libertaria de aquí al 26 de octubre se encuentra allí.

Junto a una posible revisión de la estrategia política o del circuito de toma de decisiones que acusó este golpe, el Gobierno deberá procurar que el impacto de la derrota en el mercado financiero y sobre todo en el precio del dólar no se convierta en una bola de nieve que le complique aún más el panorama para las nacionales, con sus efectos sobre el bolsillo de los votantes.

Es posible que en los días por venir Milei intente usar la derrota para recargar el discurso del «riesgo kuka», como le llama él a la reacción de los mercados frente a la posibilidad de un triunfo de Fuerza Patria en octubre. Era la idea que ya tenían en LLA si perdían por entre 1 y 5 puntos, como preveían.

Mientras tanto, el único que realmente festeja es Kicillof. El gobernador bonaerense les ganó a todos: al espacio de Milei que hasta hace poco tiempo se ilusionaba con «pintar la provincia de violeta», y también a Cristina Kirchner y La Cámpora, que objetaron hasta último momento su decisión de desdoblar los comicios.

¿Nace el operativo Kicillof 2027?: el primer round contra Cristina Kirchner y la disputa que viene

Kicillof ganó en todas las lecturas posibles sobre la elección. El resultado global favoreció a Fuerza Patria y también el reparto de bancas en la Legislatura bonaerense, un tema clave para la gobernabilidad de la provincia de aquí a 2027. El triunfo convirtió ese año en el nuevo objetivo de quienes rodean al gobernador: empieza la construcción de su proyecto presidencial.

Kicillof tomó la inédita decisión de separar las elecciones bonaerenses de las nacionales en un desafío abierto a su exjefa política, que lo desaconsejó con vehemencia, y a La Cámpora de Máximo Kirchner, que presionó todo lo que pudo para evitar el desdoblamiento. Por primera vez, el gobernador mostró autonomía respecto de la principal referente del espacio, en una señal al resto del peronismo.

Habiendo impuesto su estrategia, Kicillof puede ahora adueñarse del triunfo aunque más de un intendente ya se prepara para marcarle la cancha y buscar el rédito como jefes territoriales. No obstante, el triunfo no deja de ser un a señal potente para la interna con Cristina Kirchner y sobre todo con Máximo.

No pareció casualidad que a la misma hora que el ministro de gobierno bonaerense, Carlos Bianco, mano derecha de Kicillof, salía a anunciar los primeros resultados, la expresidenta salía también al balcón del departamento donde cumple su condena y emitía un mensaje por X donde le enrostró el triunfo a Milei pero sin mencionar al gobernador.

En La Plata se entusiasman con el nacimiento del «kicillofismo» rumbo a 2027. Cristina Kirchner, en su publicación, incluyó una posdata alentando al «kirchnerismo y peronismo». La elección bonaerense parece así un primer round que le dio un triunfo a Kicillof, pero con bastante pelea por delante. Igualmente, el gobernador la mencionó en su discurso de victoria: dijo que está presa «injustamente» y que debería «estar en este escenario». Un gesto a un sector del peronismo al que necesita pese a la interna. 

Las elecciones de la provincia de Buenos Aires fueron así un revés político que Javier Milei se vio obligado a reconocer sin vueltas, un poco por el impacto que se prevé en el mercado y otro por el nuevo y difícil desafío que el resultado le plantea de cara a las nacionales de octubre, donde se juega mucho más. Mientras tanto, Axel Kicillof hace pie en la interna del peronismo con Cristina Kirchner enfrente y el trayecto a 2027 en la mira.

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