Luisito no pudo contener el llanto cuando la balanza marcó lo que durante años soñó. El estudio de Cuestión de Peso se llenó de aplausos, abrazos y emoción pura. Su peso final fue de 104,6 kilos, muy por debajo de los 110 que necesitaba para el alta.
“Primero, le voy a dedicar esto a mi mamá y a mi papá que me habló recién antes de entrar acá. A mi esposa, Noelia, que siempre estuvo ahí y que está”, dijo entre lágrimas. También nombró a sus compañeros y al equipo médico que lo acompañó.
Cormillot lo abrazó con fuerza y se mostró igual de emocionados que todos. El doctor lo felicitó por el compromiso que sostuvo durante más de una década. “Estuve al borde de la muerte, me salvaron los médicos”, recordó Luisito hace meses.
En 2011, ingresó al programa con 216 kilos y el objetivo de salvar su vida. Pasó por recaídas, abandonos, internaciones y hasta una dura enfermedad que contó hace meses que la padecía: “El momento más triste fue cuando me diagnosticaron leucemia”.
LA EMOCIÓN DE LUISITO
También habló de su familia y el impacto que tuvo su transformación: “Mi viejo es lo mejor que me pasó en la vida. Dije yo un día que si le tenía que dar el corazón, lo daba por mi viejo”. Contó que su hermano tiene sobrepeso y que ahora él también encuentra fuerzas para cambiar.
Luisito dejó el programa con un aplauso cerrado y el abrazo de todo el staff: “Gracias a ustedes, a la producción y a los médicos”. Su caso no solo cerró una etapa, también abrió una nueva: la de inspirar desde el ejemplo: “Esto no termina acá, esto empieza”.