Desde el Hospital Municipal de Balcarce realizaron la denuncia ante la Fiscalía N°11 de Mar del Plata, especializada en Delitos Culposos. Tras los estudios de laboratorio, se confirmó la presencia de elementos ajenos al compuesto original.
Autoridades del mismo hospital señalaron que las dosis pertenecientes al lote defectuoso fueron utilizadas antes de que se detectara su peligrosidad y se ordenara el retiro de todos los medicamentos provenientes de los dos laboratorios implicados en este grave error.
El fiscal Rodolfo Moure confirmó a LA NACION que la denuncia fue recibida desde la dirección del Hospital Municipal de Balcarce. Actualmente, la causa se tramita como averiguación de causal de muerte, y esta unidad de investigación se declaró incompetente, solicitando al Juzgado Federal N°3 de La Plata asumir el expediente, ya que allí se centraliza la investigación de los 34 fallecimientos.
Según se informó, el paciente, de 57 años, murió el pasado 20 de mayo mientras atravesaba un proceso infeccioso. Al constatarse que había recibido dosis de Fentanilo HLB, se realizaron los análisis pertinentes. Así se determinó que, según trascendió, el medicamento presentaba bacterias Ralstonia pickettii y Klebsiella pneumoniae, contaminantes ajenos al principio activo.
Gabriel Angelini, director del Hospital Municipal Felipe Fossati, expresó que no pueden confirmar con certeza que el fallecimiento haya sido causado por el fentanilo contaminado, aunque reconoció que “es muy probable”, basándose en los resultados de laboratorio.
La administración de Fentanilo HLB, proveniente de las partidas contaminadas, tuvo lugar días antes de que la Administración Nacional de Medicamentos (Anmat) ordenara el retiro de dichos lotes y suspendiera la comercialización de los productos fabricados por los laboratorios HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, actualmente bajo investigación por su responsabilidad en estos casos.
En el Hospital Municipal de Balcarce confirmaron que otras dosis del mismo lote fueron administradas a distintos pacientes, sin que se hayan reportado signos de riesgo o sospecha. En la actualidad, solo un paciente continúa en tratamiento con fentanilo, pero la partida que se le administra proviene de otro laboratorio.
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Múltiples allanamientos
La investigación sobre la muerte de 34 personas que recibieron fentanilo contaminado condujo ayer a nuevos allanamientos en cinco droguerías y dos laboratorios.
Las diligencias, llevadas a cabo por la División Delitos contra la Salud de la Policía Federal Argentina (PFA), fueron dispuestas por el juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak.
Los procedimientos se realizaron en los laboratorios HLB Pharma, ubicado en San Isidro; Laboratorio Ramallo, en el partido de Ramallo; en tres sucursales de la Droguería Alfarma, localizadas en Rosario, Sunchales y el barrio porteño de Caballito; así como en Droguería Glamamed (Paternal) y Droguería Federal Pharma (Santa Fe).
El fentanilo contaminado fue comercializado por HLB Pharma Group, mientras que su producción estuvo a cargo de Laboratorios Ramallo. En las ampollas analizadas se hallaron las bacterias Ralstonia pickettii y Klebsiella pneumoniae. Estas pueden provocar infecciones graves, sobre todo en pacientes inmunocomprometidos, como bacteriemia, meningitis o artritis séptica en el caso de la primera, y neumonía, infección urinaria o sepsis, en el caso de la segunda. La administración de este medicamento en pacientes de terapia intensiva derivó, en varios casos, en desenlaces fatales.
HLB Pharma
Ariel García Furfaro, actual dueño de HLB Pharma, adquirió el laboratorio en 2017 a su fundador, cuyas iniciales dan nombre a la empresa: Hernán López Bernabó. En 2014, la compañía había iniciado un proceso de convocatoria de acreedores, y posteriormente, un allegado facilitó el contacto con un interesado que prometía “levantar todas las deudas”. López Bernabó y sus socios transfirieron sus acciones a García Furfaro, quien se comprometió a pagar un millón de dólares en cuotas, más aproximadamente tres millones correspondientes a deudas con acreedores y el pago de sueldos al personal. El acuerdo incluía la cesión de vehículos y un terreno frente al laboratorio, ubicado en Av. Tomkinson 2054, San Isidro.
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García Furfaro ya tenía antecedentes en el rubro: había comprado el Laboratorio Apolo, al sur de Rosario. En 2016, ese edificio explotó, afectando propiedades vecinas. En 2017, realizó la adquisición de un segundo laboratorio mediante 11 cheques a nombre de Droguería ABC1, situada en Yerbal 1021, barrio de Caballito.
“Un día, se comunicó para decir que acababa de denunciar esos cheques como robados y que se los llevaran para cambiarlos por otros, lo que nunca hizo”, relató una fuente vinculada a la causa por estafa iniciada contra García Furfaro. Actualmente, el expediente se encuentra en la Cámara de Casación, a la espera de resolución y eventual apertura del juicio oral.
Tras asumir el control de HLB Pharma, García Furfaro modificó el directorio y designó en los cargos principales a Olga Luisa Arena y Nilda Furfaro, presuntamente su abuela y su madre. En 2021, el abogado de López Bernabó presentó una denuncia por estafa. Aunque el juzgado dictó sobreseimiento por falta de delito, una apelación reactivó la causa, se dictó el procesamiento y el caso fue elevado a juicio oral en 2023. Sin embargo, el tribunal determinó que la querella no podía sostener la acusación, sobreseyó al imputado y archivó el caso. Actualmente, está a la espera de un pronunciamiento por parte de la Cámara de Casación. García Furfaro también enfrenta una inhibición general de bienes.
Laboratorio Ramallo
En Laboratorio Ramallo, responsable de la elaboración no autorizada de productos comercializados bajo la etiqueta de HLB Pharma, García Furfaro había incursionado antes que en la firma de López Bernabó. Allí es socio de Jorge Salinas. En el ámbito de la salud, se recuerda que “vendían suero caliente”, cuando el procedimiento correcto requiere enfriarlo para verificar su esterilidad. Estas malas prácticas motivaron denuncias de farmacovigilancia ante la Anmat.
El lunes pasado, los investigadores constataron múltiples irregularidades en la planta de Ramallo: medicamentos producidos sin habilitación, etiquetas con números de registros pertenecientes a Surar Pharma, una firma clausurada desde 2015, que también fabricaba productos hospitalarios en condiciones irregulares.
Durante la pandemia de Covid-19 en 2020, García Furfaro intentó capitalizar la situación con la compra fallida de 50 millones de dosis de la vacuna Sputnik. También incursionó en el rubro comercial con una verdulería montada en 2012 junto a sus hermanos, en el barrio de Flores. El local lucía el nombre “ColinA” y una leyenda que decía “(-) Que el Indec”, en alusión a su militancia en la agrupación vinculada a la entonces ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Entre 2002 y 2005, García Furfaro estuvo detenido por lesiones graves.
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