martes, 25 marzo, 2025
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Por qué Dallas es una de las peores ciudades para vivir en primavera: lo que reveló un reciente informe

La primavera trae consigo un cambio de temperatura y clima, pero también un aumento significativo de alergias estacionales. Según el informe 2025 Allergy Capitals de la Fundación Estadounidense para el Asma y las Alergias (AAFA, por sus siglas en inglés), Dallas ocupa el puesto 13 entre las 100 ciudades más desafiantes del país para quienes padecen alergias provocadas por el polen.

El informe anual de la AAFA analiza las 100 áreas metropolitanas más pobladas de Estados Unidos y las clasifica según su nivel de dificultad para las personas que padecen alergias estacionales.

Altos niveles de polen y elevado uso de medicamentos colocan a Dallas entre los peores lugares para alérgicosFoto de freepik disponible en freepik

Para ello, la organización utiliza tres criterios principales: la cantidad de polen presente en el ambiente (que incluye polen de árboles, pasto y maleza), el uso de medicamentos para tratar los síntomas alérgicos, y el acceso que tienen los pacientes a atención especializada. Estos factores permiten establecer un panorama general para la evaluación.

En este análisis, Dallas se posiciona en el puesto 13 con peores indicadores que la media nacional en dos de los tres factores. En concreto, la ciudad presenta altos niveles de polen y un elevado uso de medicamentos, aunque dispone de una cantidad media de especialistas en alergias.

En el sur de Estados Unidos, la temporada de polen comienza antes y se extiende durante más mesesFoto de AAFA

En regiones del sur como Texas, la temporada de polen comienza antes y dura más tiempo. El polen de árboles aparece desde enero o febrero y se intensifica entre marzo y abril. Luego, el polen de pastos domina desde abril hasta junio, y el de malezas —especialmente la ambrosía— aparece en agosto y puede extenderse hasta octubre.

Según la AAFA, algunas ciudades del sur tienen exposición al polen durante todo el año, lo que agrava los síntomas en personas con rinitis alérgica o asma estacional.

El contacto con polen puede desencadenar síntomas como estornudos, congestión nasal, ojos llorosos y picazón. También puede empeorar el asma, y provocar tos, silbidos en el pecho, dificultad para respirar y, en casos graves, emergencias médicas.

La rinitis alérgica estacional afecta a uno de cada cuatro adultos en EE.UU. y a uno de cada cinco niños, según el National Center for Health Statistics.

El informe destaca que el cambio climático agrava las temporadas de alergias. Las temperaturas más cálidas provocan que los árboles y plantas produzcan más polen, durante más tiempo, y con mayor poder alergénico.

En ciudades como Dallas, la urbanización y la escasez de árboles aumentan el efecto “isla de calor”, y elevan aún más los niveles de polen y contaminación, dos factores que agravan las condiciones respiratorias, afirman en el informe del AAFA.

El cambio climático alarga la temporada de polen y agrava los síntomas de quienes padecen rinitis o asmaFoto de freepik disponible en freepik

La AAFA ofrece una serie de recomendaciones para controlar las alergias estacionales, entre ellas:

Además, se aconseja cerrar ventanas, ducharse antes de dormir y mantener el hogar limpio de polvo y polen para reducir la exposición.

El hecho de que una ciudad esté clasificada como una de las más difíciles para vivir con alergias puede generar dudas razonables sobre si conviene o no permanecer allí. Sin embargo, la propia AAFA advierte que mudarse no garantiza alivio para quienes padecen alergias estacionales.

En primer lugar, el polen está en todas partes y puede viajar cientos de kilómetros a través del viento. Por ejemplo, el polen de ambrosía, una de las malezas más alergénicas de Estados Unidos, se expande cada vez más hacia el norte, y ahora alcanza regiones donde antes no era común, aseguran desde la organización.

Además, aunque una persona se traslade a una ciudad con menor nivel de polen, podría desarrollar alergia a los tipos de polen locales con el tiempo. Los sistemas inmunológicos sensibles pueden adaptarse a nuevos desencadenantes alérgicos según la vegetación predominante en la zona, explican en el informe.

La AAFA también aclara que incluso en ciudades que figuran en los últimos lugares del ranking, como Boston o San Diego, hay muchas personas que sufren alergias estacionales severas. Esto se debe a que la clasificación se basa en un promedio compuesto por tres factores: niveles de polen, uso de medicamentos y disponibilidad de especialistas. Por lo tanto, un lugar puede tener bajo nivel de polen, pero pocos alergistas, o viceversa.

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