El Gobierno desclasificó este viernes información de la SIDE y del Ejército con respecto a la muerte del fiscal Alberto Nisman, ocurrida en 2015. Asimismo, se comenzaron a girar los documentos a la Justicia, tras el requerimiento que hizo en ese sentido el fiscal Eduardo Taiano, según informaron fuentes oficiales.
Durante la tarde de la jornada, la fiscalía que investiga la muerte de Nisman recibió el material y habrá nuevas entregas de documentos conforme los vayan procesando. De esta manera, la Casa Rosada cumplió con lo solicitado por Taiano, a días de cumplirse el décimo aniversario del fallecimiento del fiscal que investigaba la voladura de la AMIA y que había denunciado a la entonces presidenta Cristina Kirchner por supuesto encubrimiento.
El pedido del fiscal al Poder Ejecutivo se había realizado el mes pasado, basándose en que desclasificara datos de inteligencia amparados bajo secreto que pudieran estar relacionados al caso Nisman, que hasta hoy continúa sin saberse si se trató de un suicidio o un asesinato.
En los documentos que llegaron a la fiscalía, adelantaron que figurarían datos de agentes «inorgánicos», también denominados «buches», quienes no suelen figurar en las nóminas de la SIDE. Además, datos del entrecruzamiento de teléfonos de esos espías, en especial en la actividad que tuvieron en los momentos previos y posteriores a que se lo hallara sin vida a Nisman.
Bajo ese marco, la Justicia busca determinar si hubo responsabilidad de integrantes de la SIDE durante la era kirchnerista sobre la muerte del fiscal. También existen sospechas sobre la actividad del entonces jefe del Ejército, César Milani, y hombres cercanos a él ligada a posibles tareas de espionaje ilegal.
La conclusión de la fiscalía sobre la muerte de Nisman
A pocos días de cumplirse diez años de la muerte de Nisman, la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°3 de la Capital Federal difundió un pormenorizado informe sobre la investigación del fallecimiento del fiscal, quién fuera encontrado muerto de un disparo en la cabeza en el baño de su departamento en las torres Le Parc el 18 de enero de 2015, cuatro días después de denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner y otros imputados por encubrimiento agravado a raíz de la firma del Memorándum.
Los investigadores remarcan que a la fecha «se encuentran en curso la producción de medidas tendientes a determinar la identidad de aquellos que ejecutaron el hecho y de quiénes lo ordenaron, conforme a la hipótesis de la fiscalía«.
La investigación quedó en manos de la fiscalía de Taiano por decisión del juez del caso, Julián Ercolini. El informe también destaca «la vinculación de los servicios de inteligencia con la investigación del atentado a la sede de la AMIA» y asegura que esto es algo «que se verificó desde sus albores».
«Esta relación tomó mayor relevancia luego de la creación de la UFI-AMIA por orden del Presidente Kirchner y el mandato de colaboración de la entonces SIDE al fiscal Nisman«, recordó el documento que luego agregó: «Aproximadamente para finales del año 2010 y principios de 2011, el Poder Ejecutivo Nacional, en cabeza de Cristina Fernández de Kirchner, decidió un viraje en su política exterior respecto de la República Islámica de Irán, que se tradujo en una orden a la Secretaría de Inteligencia para que cese en la investigación del atentado a la sede de la AMIA y su colaboración con el fiscal que llevaba adelante la causa».
En la actualidad, en la investigación se «han solicitado nuevas medidas de prueba a distintas dependencias. Se libraron nuevas órdenes de presentación a empresas telefónicas a los efectos de obtener los registros entrantes y salientes de abonados que siguen surgiendo en la trama descripta, que se traducen en cerca de 100 nuevas líneas telefónicas que serán incorporadas a las actividades de entrecruzamiento y análisis de comunicaciones que se encuentran en trámite», detalló el informe. Además, sigue la declaración como testigos de agentes de inteligencia que mantuvieron «comunicaciones relevantes» el fin de semana de la muerte de Nisman y continúa el entrecruzamiento de la información.