El diputado y presidente de la Asamblea Nacional del PRO, Martín Yeza, afirmó que desde el el partido de Mauricio Macri sostienen que la invitación de Javier Milei a conformar una alianza nacional ha sido “concreta”: “Creemos que si lográramos establecer un acuerdo común podríamos tener institucionalidad al palo”. “ No solamente queremos un cambio a nivel nacional porque hay muchas provincias a donde el cambio no llegó”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Martín Yeza es diputado nacional y titular de la Asamblea del PRO. Anteriormente fue intendente de Pinamar por dos períodos.
-Elizabeth Peger: Vimos un posteo tuyo en referencia al acuerdo que planteó el presidente Milei al PRO donde decís: «Y si sale bien”. ¿Eso es porque hay muchos que dentro del PRO dicen que puede salir mal?
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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
-Sí, sobre todo con gente que capaz vio, por un lado, el apoyo que se le estuvo dando al Gobierno nacional, concretamente del Congreso Nacional y, a la misma vez, a veces medio que nos “batatean”, hablando en criollo. Eso lo ven muchas personas que nos siguen, que creen en nosotros, pero el que confía nunca se equivoca. Yo soy de la idea que siempre el que se equivoca de alguna manera es el que abusa de la confianza, no el que confió. Creo concretamente que la confianza es la base del progreso, es la base para construir equipos y la base con la cual puedes construir con buena fe ideas que nos lleven hacia adelante, que nos hagan mejorar, y la desconfianza no.
Uno de los asuntos centrales es que sí, a veces uno tiene que dar. No es que somos tontos, sabemos que es una posibilidad que no se honre esa confianza, pero creo que la invitación del presidente Milei ha sido una invitación concreta. Incluso días atrás dio una nota en radio Mitre donde dijo concretamente que él tenía una admiración y un respeto profundo sobre el presidente Macri y que no había ninguna diferencia que pudiera hacer que cambiara su opinión sobre él, a pesar de lo que piensan otras líneas de su propio equipo. Me parece que ahí están los dos tiempos, y por eso aceptamos esta convocatoria al diálogo. El presidente del PRO, Mauricio Macri, estableció una mesa para trabajar en ese acuerdo cuando el Gobierno lo disponga.
-EP: Llamó la atención el desafío que lanza Jorge Macri donde a Mauricio Macri como candidato, especialmente porque dentro del PRO se habla concretamente de que Jorge Macri y la intendenta de Vicente López no tendrían tanta confianza con las bondades de un acuerdo con el Gobierno.
-Con Jorge Macri tengo una buena relación, y somos personas que no desconocemos. Si un presidente de la Nación te convoca a hacer un acuerdo, ¿por qué le vas a decir que no? Además, en el 2024 hubo un montón de coincidencias. Hubo tensiones con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, por la coparticipación. El gobierno de Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner le habían confiscado dos puntos de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, y hubo un punto de tensión este año entre el Gobierno nacional y el gobierno de la Ciudad porque había un tema judicializado en la Corte Suprema de la Nación que no creó Gobierno nacional actual, sino que venía de arrastre, pero que a la vez, había que resolverlo, pero sin desconocer que estábamos en una situación compleja de la macroeconomía. Y se pudo resolver.
La tensión es inherente a la política, así que, que haya tensión, a mí no me preocupa. A mi me preocupan dos cosas. Un pecado sería que gente que no comparte nada se junte para hacer simulaciones electorales y, al revés, otro pecado sería que gente que tiene más coincidencias que diferencias termine separada. Esto lo hablo concretamente pensando en el ciudadano. El que se tiene que mover es el Gobierno nacional, porque conduce la Argentina y tendría que liderar el proceso. Son los que van a manejar los tiempos.
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-EP: Tienen que definir el equipo de trabajo también…
-Sí, y en el tiempo que les parezca o que les resulte pertinente. Mientras más tiempo tengamos, me parece que va a ser mejor para que el proyecto o el proceso sea lo menos improvisado posible. A mí, si me preguntas, sacando las subjetividades, las cuentas de Twitter y los posicionamientos personales, estamos en un país en donde un presidente de la Nación le lanza una invitación institucional a un expresidente de la Nación para ver si existe la posibilidad de establecer una serie de acuerdos que permitan que alguna de las ideas que tenemos en común pueda tener mayor sustancia. Eso se hace a, por lo menos, seis, siete u ocho meses de un proceso electoral, lo cual te da tiempo para que, si se va a hacer un acuerdo, exista el tiempo pertinente para que ese proceso sea pulido.
Hay temas que capaz a veces son más mediáticos y simples, como el tema de las primarias. Pero después hay temas que son quizás más delicados, como el régimen de promoción en la Argentina, las cargas tributarias y la situación del campo. Esos temas no se resuelven con dos tweets. Me encantaría vivir en un país en donde distintos grupos políticos puedan darse estos procesos. Definitivamente, nosotros cuando confeccionamos Cambiemos, no tuvimos esa cantidad de tiempo para constituir una agenda ni un proceso. Lo segundo que nos pasó en los últimos tres años y medio de lo que era Juntos por el Cambio es que había gente con modelos de país prácticamente opuestos.
-Claudio Mardones: Ha pasado un año nada más de esa primera foto de Javier Milei, Patricia Bullrich, Mauricio Macri, y hay otra parte del dispositivo del Gobierno que ha funcionado prácticamente como un tapón para evitar un desembarco del PRO. ¿Qué pasa con los otros, con ese dispositivo tapón? Hablando en términos futbolísticos, un cinco tapón podría ser Santiago Caputo.
-A mí me pasa que encima estoy como en un lugar bastante político. Soy presidente de la Asamblea, que es el ámbito que definiría una posible coalición con distintos partidos, particularmente con La Libertad Avanza. Puede sonar raro, pero no es la parte de la política que más me guste ni más me divierta. Siempre me gustó más gestionar las cosas concretas. Una cosa que descubrís gestionando es que a veces hay problemas en donde, si vos te dedicás a escuchar a todos los que tienen una opinión sobre el tema, no vas a llegar a la esencia del problema.
Es cierto que en el siglo XXI la política se horizontalizó un poco, pero podemos estar de acuerdo en que igual tienen organizaciones verticales y Argentina es un país presidencialista. A la vez, Javier Milei es un líder que no solamente es un líder disruptivo en la Argentina, sino que hoy es un líder disruptivo en Occidente. Si entre Mauricio Macri, que es un expresidente con un prestigio internacional, que es indiscutiblemente el líder del PRO hoy, y del otro lado está Javier Milei, yo quiero creer que todo ese ruido que describen es mucho menos importante si al final del camino hay una voluntad entre ellos.
Si no llega a haber un acuerdo entre el PRO y LLA, hay otras maneras de ayudar al Gobierno. Esto es como el buen amigo y el mal amigo. El buen amigo no solamente te banca las buenas y festejan juntos, sino que a veces, cuando te ven que estás medio mal te dice: «Me parece que esto no está bien». A mí, a Mauricio y a un montón de personas como nosotros nos encanta esta agenda de capitalismo al palo, y creemos que, si lográramos establecer un acuerdo común, además podríamos tener institucionalidad al palo. Argentina no tiene un problema de institucionalidad o de falta de República. Hay instituciones, hay República, pero lo vemos todos los días con la agenda de Federico Sturzenegger: una parte de la institucionalidad en la Argentina, de las regulaciones en la Argentina, es vetusta, es antigua, y hace que los costos de la economía sean caros. Si logramos institucionalizar los cambios de la economía con presupuesto y con agendas de control, podremos discutir una agenda de vanguardia de tecnologías disruptivas que van a cambiar definitivamente muchos asuntos.
Me parece que hay un montón de agendas que vamos a poder discutir una vez que podamos despejar la «X» dificilísima de la economía, que es como un zumbido en el cerebro. Eso, sin instituciones, es difícil. Por eso no solamente queremos un cambio a nivel nacional porque hay muchas provincias a donde el cambio no llegó, donde no llega, donde no se puede decir lo que pensás o donde no se puede hacer periodismo.
-CM: En la Casa Rosada algunos dicen: «Esa agenda la estamos construyendo con el PRO, pero sin Macri». ¿Crees que puede pasar esto mismo, que se puede profundizar, si se profundiza este proceso y no hay acuerdo? ¿Cuál sería la salida para el PRO? ¿Seguir trabajando como lo hicimos toda la vida?
Seguir trabajando como lo hicimos todos los días. Mauricio me pidió a principios del 2024 que lidere el proceso de renovación en el PRO. Me junto con mucha gente que tiene ganas de meterse en política, y lo típico que te dice alguien que se quiere meter en política es que quiere cambiar las cosas, que quiere hacer el bien. La segunda pregunta es qué es hacer el bien, y ahí es donde entra la democracia. Lo que para vos es hacer el bien es muy distinto a lo que para otro es hacer el bien y es la típica cosa de la que se olvida un político que está hace la suficiente cantidad de años. Muchas de las respuestas a mi publicación dicen que soy inocente como sinónimo de tonto. Lo que les digo es que conozco a muchos políticos que muchos dirían que son inteligentes, y para mí hay una diferencia entre ser inteligente y ser astuto. Si vos sos inteligente, sos buena persona. Y las buenas personas siempre van a trabajar, al final del camino, para que salga lo mejor posible. O al menos, si existe la posibilidad de que pase algo bueno, intentarlo.
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Yo me metí en el PRO concretamente porque es un espacio político en donde siempre se puso el cambio por encima de la táctica del poder, de la ventaja del cargo, del lugar y del posicionamiento. Conociéndolo a Mauricio, estoy muy seguro de que es mucho más importante el cambio que la táctica del poder. Si no hay un acuerdo, vamos a seguir trabajando en las ideas que creemos.
Y versus la táctica del poder, hay cosas que funcionan a corto plazo, pero que en el mediano y largo plazo terminan siendo parte del problema que hace que distintos autores económicos que han ganado premios Nobel de Economía siempre tengan a la Argentina como un caso de estudio. Hay periodos cortos de transformación económica y periodos en donde, como eso no se hizo con institucionalidad, no se pueden sostener en el tiempo y al revés: periodos de alta institucionalidad, pero de muy baja transformación económica. Argentina tiene que lograr masticar chicle y caminar a la misma vez con un capitalismo liberal que además tenga instituciones sólidas que permitan que sea un proyecto sostenible en el tiempo.
-CM: ¿Tuviste la oportunidad de conocer a Santiago Caputo? ¿Cómo fue?
-Yo soy amigo de Santiago hace 16 años. Lo conocí antes de estar en política. Yo tengo 39 y creo que él tiene 40. Una ventaja que tiene cuando uno tiene que establecer diálogos así es que lo personal no es un problema, que es lo que pasa a veces en política. Mauricio a veces habla de los problemas de ego en la política. Santiago es una persona que sabe lo que quiere y tiene sus ideas muy concretas, y yo también. Ambos tenemos claro a quienes representamos. La amistad, en este caso, lo que garantiza es que, si va a haber diferencias, no sea por problemas personales. Lo digo como una ventaja que requiere de la amistad y el respeto. Como nos conocemos hace tantos años, eso no es un problema. No lo vivimos como un trauma.
-CM: O sea que vos confías en ese dispositivo que rodea al presidente, al menos en Santiago Caputo…
-Si vamos a tener diferencias, no va a ser por problemas personales entre nosotros. Esto es lo que digo concretamente. Cuando tenés que ir a una discusión, una negociación, o a la posibilidad de establecer un acuerdo, eso no es un problema. Él y una persona más, Facundo, fueron dos personas que me ayudaron cuando tomé la decisión de ser candidato a intendente. Fueron de las personas que me ayudaron a pensar cómo ganar en un contexto en el que éramos 19 candidatos a intendentes.
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