La muerte es un tema que nadie puede evitar, ni siquiera los reyes. En el seno de la monarquía española, ya se dieron conversaciones íntimas y decisiones sobre este asunto tan inevitable como delicado. Letizia Ortiz ya habría definido dónde quiere que descansen sus restos cuando llegue su hora, una elección que no deja de generar debate y comparaciones con el resto de los miembros de la familia real.
Aunque históricamente los reyes de España son enterrados en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial, Letizia habría considerado otras opciones antes de tomar una decisión que respeta la tradición. De acuerdo con fuentes cercanas a la Casa Real, tanto ella como Felipe VI aceptarían ser sepultados en la Cripta Real. Sin embargo, este panteón, en el que descansan monarcas españoles durante más de cuatro siglos, enfrenta un problema crucial: está completamente lleno.
La reina Letizia y el rey Felipe VI saben que una decisión será necesaria en un futuro, no solo para ellos, sino también para sus hijas, Leonor y Sofía, quienes eventualmente enfrentarán decisiones similares. Por ahora, parece que se respetará la tradición, siempre y cuando se puedan realizar ampliaciones al panteón existente, un proyecto que aún no comenzó sus reformas.
El dilema de los Borbones: tradiciones y conflictos
Esta cuestión sobre dónde descasarán los reyes cuando llegue su momento no es nueva para la monarquía española. Tanto el rey emérito Juan Carlos I como la reina Sofía han manifestado deseos muy distintos respecto a su destino final.
Mientras que Juan Carlos es más tradicional y desea ser enterrado en la Cripta Real, donde descansa su padre, don Juan de Borbón, la reina Sofía dejó en claro que quiere romper con esta tradición. Sofía prefiere ser incinerada y que sus cenizas sean esparcidas en el mar Egeo, cerca de sus raíces griegas.
Esta diferencia de opiniones refleja no solo personalidades opuestas, sino también las tensiones históricas dentro del matrimonio de los eméritos. De hecho, uno de los puntos más polémicos para Juan Carlos es la idea de que sus restos descansen en el mismo espacio que los de Sofía, con quien mantiene una relación distante en los últimos años.
El pasado septiembre, Juan Carlos visitó San Lorenzo de El Escorial, lo que reavivó el debate sobre el estado actual de la Cripta Real. Desde los años 90, esta se encuentra completamente ocupada debido a la decisión del propio Juan Carlos de enterrar allí a sus padres. La falta de espacio no solo afecta al emérito, sino también a Felipe VI y Letizia, quienes no se niegan a descansar allí.
VO