KIEV.- Seis misiones diplomáticas en Kiev, entre ellas la de Argentina, resultaron dañadas el viernes en un ataque con misiles rusos contra el centro de la capital ucraniana, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania.
Según el ministerio, se trata de las representaciones de Albania, Argentina, Macedonia del Norte, Palestina, Portugal y Montenegro.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció un “ataque odioso”. “Otro ataque atroz contra Kiev. Esta vez contra un edificio que alberga la embajada portuguesa y otros servicios diplomáticos”, dijo en X.
Por su parte el gobierno portugués condenó “vehementemente” los ataques y convocó el encargado de negocios ruso en Portugal.
El canciller portugués, Paulo Rangel, dijo a los medios que varias misiones diplomáticas están instaladas “en el mismo edificio” golpeado por la explosión.
La presidenta de Estonia y la nueva cara de una diplomacia europea, Kaja Kallas, condenó enérgicamente el ataque ruso. A través de sus redes sociales, afirmó: “Ninguna representación diplomática debería ser nunca un objetivo o verse afectada de ninguna forma”.
Además, calificó el ataque como “otro acto bárbaro de Rusia contra objetivos civiles” que evidencia “la falta total de voluntad para la paz”. Kallas expresó su solidaridad con el personal diplomático afectado por este atentado.
El ataque ruso a Kiev que dañó varias misiones diplomáticas ocurrió en medio de una jornada marcada por el estruendo de misiles y explosiones en la capital ucraniana. Las alarmas antiaéreas alertaron a la población desde temprano, según reportaron periodistas en la zona, además de que cayeron misiles Iskander-M desde las regiones rusas de Voronezh y Briansk.
Según las Fuerzas Aéreas ucranianas, los misiles fueron interceptados, pero los fragmentos resultantes causaron daños considerables, incluyendo un muerto y al menos 12 heridos, además de impactos en edificios de oficinas, hoteles y calles céntricas.
Además de Kiev, Rusia también atacó Odesa utilizando misiles de crucero y desplegando 65 drones. Este viernes, el Kremlin se jactó públicamente de estos bombardeos.
Su vocero, Dmitri Peskov, subrayó que esta es la respuesta rusa a los ataques contra instalaciones militares en su propio territorio. “La posición de Rusia, expresada por el presidente [Vladímir] Putin en San Petersburgo [en septiembre], se mantiene bien. Algunas instalaciones en territorio ruso han sido destruidas y el presidente dijo que siempre habría una respuesta”, ha respondido Peskov en su conferencia de prensa diaria.
Según Moscú, los objetivos incluían un centro de mando de la inteligencia ucraniana y sistemas de misiles Patriot de fabricación norteamericana. La ola expansiva dejó destrozados edificios como el centro de negocios Toronto y afectó seriamente al hotel Holiday Inn, donde un huésped relató haber visto una bola de fuego segundos antes de que una explosión destrozara su habitación.
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Agencia AFP
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