Se dice que el fútbol peruano sirve como escuela para muchos técnicos argentinos. Esa frase no está alejada de la realidad, ya que un sinfín de entrenadores del país del tango pasaron por el balompié nacional y posteriormente alcanzaron la gloria. Un claro ejemplo es Gustavo Costas, quien recientemente conquistó la Copa Sudamericana 2024 con Racing Club.
El nacido en Buenos Aires lideró a la ‘academia’ hacia su primer título en el segundo máximo certamen de Conmebol. Desde la fase de grupos, Su elenco demostró con creces que era uno de los candidatos y esa ilusión de millones de hinchas la convirtió en realidad el sábado 23 de noviembre en el estadio General Pablo Rojas de Asunción.
Costas y compañía abrieron el marcador ante Cruzeiro en la final con un golazo sorpresivo de Gastón Martirena a los 15′. El carrilero derecho intentó sacar un centro desde su banda, pero la pelota terminó haciendo un extraño efecto, colgando al brasileño Cássio y colándose en el ángulo de la portería.
Cinco minutos después, los de Avellaneda aumentaron su ventaja con una gran jugada colectiva. El extremo Maximiliano Salas se proyectó por el sector izquierdo, vio a Emmanuel Martínez libre y le puso un pase preciso rasante. El popular ‘Maravilla’ solo tuvo que definir a placer ante la ausencia del guardameta.
El descuento del club de Belo Horizonte llegó en la etapa complementaria. A los 52′, el centrodelantero Kaio Jorge cabeceó un balón dentro del área, el cual fue atajado por el chileno Gabriel Arias pero finalmente le quedó el rebote al brasileño. Este anotación no sirvió de mucho.
En los descuentos, Racing cerró la definición con un tanto de Roger Martínez. El centrodelantero colombiano, que había ingresado desde el banco de suplentes, gestó un contragolpe y definió para colocar el 3-1 y hacer el explotar de emoción a todos los simpatizantes del ‘primer grande’.
Así, Gustavo Costas cumplió uno de sus más grandes sueños: ser campeón como entrenador con el equipo de sus amores. Está demás decir que el exdefensor tiene un vínculo especial con la ‘academia’. Eso queda reflejado en cada festejo de gol. Lo celebra como si un hincha se hubiera metido a la cancha.
En su carrera como futbolista tuvo la dicha de ganar la Supercopa Sudamericana, pero como técnico se le había hecho esquivo. A pesar de estar en el banquillo de Racing en dos etapas previamente -1999/2000 y 2007-, no había podido conseguir ningún título, ni siquiera a nivel local.
Ahora, puede decir que le dio un trofeo continental a su amado club. También puede presumir que estuvo en todas las finales internacionales que disputó el club argentino en su historia. En 1967, fue la mascota del equipo. En 1988, se convirtió en el capitán. En 1992, lo hizo como futbolista.
Parte de su reciente éxito con Racing, se debe a los aprendizajes que recolectó en los diferentes clubes que estuvo antes de su vuelta al Cilindro. Uno de ellos fue Alianza Lima, con el que salió bicampeón nacional por allá en 2003 y 2004.