¿Conocen a alguien que no se asombre ante los colibríes? Esas pequeñas aves que se alimentan del néctar de las flores nos fascinan a todos. Quizá sea porque son las únicas con la capacidad de volar hacia atrás.
O tal vez sea por su diminuto tamaño y sus llamativos colores. Lo cierto es que la exclamación surge sola cuando los vemos. Sin embargo, no es porque sea muy difícil hallarlos. Es porque nos encantan.
Por esta razón, antes de comenzar a ver algunas de las plantas que los atrae, les propongo admirarlos.
Los colibríes, conocidos también como picaflores, son pájaros pequeños, ágiles y muy coloridos. Su capacidad única para volar hacia atrás se debe a la particular mecánica de sus alas, que recuerda el vuelo de los insectos.
Estas aves pueden mover sus alas entre doce y ochenta veces por segundo, un movimiento tan rápido que resulta imperceptible a simple vista.
Al respecto, nos remitiremos a un dato aportado por el Museo de Ciencias Naturales de La Plata: con una actividad metabólica en vuelo, que es de las más altas del reino animal, el corazón de un colibrí puede latir hasta 1300 veces por minuto.
Para sostener este nivel de energía, necesitan consumir enormes cantidades de azúcar, lo que logran alimentándose de néctar.
En un solo día, llegan a ingerir una cantidad que supera su propio peso. Visitan cientos de flores, en especial, aquellas de tonos rojizos, anaranjados o rosados, con néctar que contiene, al menos, un 25 % de sacarosa.
Pero ¿qué sucede cuando no encuentran suficiente néctar? Estas aves poseen un mecanismo asombroso para enfrentar la escasez: pueden reducir drásticamente su metabolismo, entrando en un estado similar a la hibernación.
Pentas
Especialmente recomendadas para espacios pequeños que desean llenarse de colibríes, las pentas (Pentas lanceolata) que mejor cumplen este objetivo son las que poseen flores rojas o rosadas.
Herbácea perenne de unos 70 cm de altura, florece en primavera y en verano. Puede ser ubicada a pleno sol o a media sombra. Atención: es sensible a las heladas, pero resiste las altas temperaturas.
Camarón amarillo
Una curiosidad: en verdad, sus flores son blancas. Lo que apreciamos de color amarillo no son flores, sino hojas a las cuales podríamos definir como no verdaderas. Y una de sus funciones es aumentar el atractivo para atraer polinizadores, entre ellos, a los colibríes.
Este arbusto puede alcanzar 1 m de altura y florece en el verano. Es posible ubicarlo a pleno sol o a media sombra. Como es sensible a las heladas, en lugares como Buenos Airesel camarón (Pachystachys lutea), suele ser recomendado solo para espacios urbanos. ¡Perfecto para un balcón o una terraza de ciudad!
Flor de colibrí
Hay muchísimas salvias que atraen a los colibríes, y esta es una de ellas. Desde hace unos años se han puesto de moda y hay varias opciones que incluyen tamaños y colores. La flor de colibrí (Salvia coccinea) se consigue en color rojo, rosa, lila y blanco.
Se trata de una herbácea perenne que alcanza 1.5 m, aunque hay variedades más bajas. Florece en primavera, verano y otoño. Va a media sombra. Tolera las altas temperaturas, no así las heladas y puede, incluso, comportarse como una planta anual cuando el invierno es muy intenso.
Lluvia de fuego
En los viveros se consigue con facilidad el de flor roja y el de flor amarilla. Para atraer los colibríes vamos a preferir el de flor roja. La lluvia de fuego (Russelia equisetiformis) queda muy bien como planta colgante en los balcones.
Arbusto que llega al 1.5 m, florece en primavera, verano y otoño. Hay que ubicarlo a pleno sol. Puede verse afectado por las heladas, pero en espacios urbanos no debería haber inconvenientes. Tolera altas temperaturas, y si una vez te olvidás de regarla, ¡te espera!
Zinnia o flor de papel
Se consigue con flores de diversos colores. Una sugerencia: hay que retirar las flores marchitas para prolongar su floración y pódarla al menos una vez para lograr una planta más compacta.
Dato interesante: lo que percibimos como pétalos son en realidad flores. Sí, ¡lo que se ve como flor es un grupo de flores! ¿Será por eso que les gusta tanto a los colibríes? Cuando creemos que consumen el néctar de una flor, están alimentándose con el de varias “en un mismo plato”.
Esta hermosa herbácea anual puede alcanzar los 60 cm de altura. Florece en primavera, en verano y puede llegar hasta el otoño. Va a pleno sol. La flor de papel (Zinnia elegans) requiere que estemos muy atentos a su riego.
Entonces, ¿qué mejor que colmar nuestro hogar de vida y color, invitando a los colibríes con plantas que, además de embellecer, los atraerán y les brindarán el alimento que necesitan?
Con estas especies, podemos crear un pequeño oasis en casa, al que los picaflores visitarán a diario. Y nos acercarán ese espectáculo fascinante de vuelo y color.
Así, además de embellecer nuestro espacio, estaremos contribuyendo a la conservación de estas valiosas aves.
Verónica Langé es técnica universitaria en Jardinería por la UM, consultora florícola y floricultora. Fundadora de la plataforma digital Economía & Viveros.