Javier Milei protagonizó este domingo un hecho inédito para la política argentina al presentar personalmente el proyecto de Presupuesto 2025 con un fuerte aviso al Congreso de que no negociará el déficit cero al tiempo que comprometió a los gobernadores a realizar un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares.
El proyecto de Presupuesto del Gobierno fue ingresado este mismo domingo en la Cámara de Diputados y prevé para 2025 un resultado financiero superavitario de $ 192.334.700.000, con un cálculo de recursos corrientes de $ 114 billones y prevé un gasto del sector público de $ 8,5 billones. Asimismo, proyecta una inflación anual del 18,3%, un dólar de $ 1.207 en diciembre y un rebote del 5% del PBI.
La gala de presentación de la denominada ley de leyes tuvo de todo. Desde las luces celestes que adornaron el Congreso, la alfombra roja en la entrada al Palacio Legislativo y los palcos colmados de jóvenes libertarios, vestidos de traje y peinados, algunos a la gomina. En la tribuna también se pudo ver a los padres del presidente como así también a su novia, Amalia «Yuyito» González.
Al ingresar al salón de los Pasos Perdidos, el Presidente se mostró sonriente y seguro. «Hoy empezamos a escribir la nueva historia argentina», dijo al pasar antes de ingresar al recinto.
Milei dio su mensaje de poco más de 40 minutos, desde un atril ubicado justo delante del estrado de la presidencia que ocuparon la vicepresidenta Victoria Villarruel, el titular de Diputados, Martín Menem; el diputado José Luis Espert y el senador Ezequiel Atauche, quienes presiden las comisiones de Presupuesto de sus respectivas cámaras y el ministro de Economía, Luis Caputo.
En uno de los laterales se ubicaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el resto del gabinete nacional, completando la escena oficial. No estuvieron la ministra Sandra Pettovello ni la canciller Diana Mondino; y la ausencia más notoria fue la del asesor estrella Santiago Caputo.
Bancas vacías
En el recinto hubo una importante cantidad de bancas vacías. El oficialismo estuvo casi completo tanto en diputados como en senadores. Uno de los ausentes fue el senador Francisco Paoltroni, quien fue expulsado del bloque de La Libertad Avanza por oponerse a la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia.
El PRO, socio fundamental del Gobierno, estuvo representado con unos 26 diputados encabezados por Cristian Ritondo, y por la Cámara alta estuvieron los cordobeses Luis Juez y Carmen Alvarez Rivero. Mientras que los radicales fueron con unos 15 diputados, pero no hubo senadores. Entre los presentes se vio al tucumano Mariano Campero quien votó a favor de la ley de movilidad jubilatoria y luego a favor del veto presidencial que bochó la normativa luego de una foto con Milei.
Por Encuentro Federal estuvo Miguel Angel Pichetto y otros cuatro diputados. También hubo representantes de Innovación Federal, el espacio que responde a los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones).
El kirchnerismo estuvo representado por una veintena de diputados, entre ellos Germán Martínez, Victoria Toloza Paz y Eduardo Valdés, entre otros, pero por el Senado sólo estuvo el catamarqueño Guillermo Andrada, quien responde al gobernador Raúl Jalil, y quien aplaudió cuando el Presidente ingresó al recinto.
Desde un comienzo, el jefe de Estado remarcó a los diputados y senadores que fueron al acto que «no hay nada más empobrecedor que el déficit fiscal». Tal como lo había anticipado, ratificó su compromiso con el equilibrio fiscal y confirmó que primero planteará «cuánto tiene que ahorrar» el Estado para después definir el gasto público.
«El único contexto en el que aceptaremos discutir el aumento de un gasto es cuando el pedido venga con una expresa explicación de qué partida hay que reducirlo para cubrirlo», subrayó en uno de los tramos de su mensaje provocando la ovación de las tribunas. Milei dejó en claro que la metodología presupuestaria del Gobierno apunta a 3 objetivos calificados como «inéditos».
Obviamente el primero es garantizar el equilibrio fiscal, «terminando con el castigo de la deuda y la emisión». Además confirmó la decisión de «obligar al Estado a hacerse cargo y absorber el costo de eventuales recesiones». Y, por último, el compromiso del Gobierno para que en los períodos de abundancia «como serán los años que vienen, va a obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la baja de impuestos».
Mensaje a los gobernadores
En un ambiente favorable, Milei envió un mensaje directo a los gobernadores al explicar que «para cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI se requiere que las provincias en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares». Al respecto apuntó que la política tiene dos alternativas: «Hacer exactamente lo contrario a lo que viene haciendo hace más de 100 años» o dejar «todo como está» para mantener «este sistema putrefacto que empobrece todos los días a los argentinos».
Fue en el Congreso, considerado la casa de la política, que Milei acusó a la dirigencia haber «robado a los argentinos cerca de 25 mil millones de dólares por año durante los últimos 20 años». Pero uno de los momentos de tensión fue cuando Milei comenzó a hablar sobre el camino a recorrer para alcanzar el superávit fiscal y les dijo a los legisladores que no se preocupen porque «no saben sumar».
La chicana del Presidente fue respondida por Germán Martínez, jefe del bloque de diputados de Unión por la Patria, quien le criticó estar leyendo su mensaje. «Martínez, que yo lea o no, eso no importa, vos seguís sumando con dificultad», le devolvió el Presidente. La respuesta fue festejada desde las tribunas, que le devolvió el gesto con el tradicional «la casta tiene miedo”.
Milei también le dejó en claro su ambición de «achicar el Estado» y se jactó de resolver en un año «el desastre» que dejaron las administraciones anteriores. «Lo fundamental que tiene que hacer un estado nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica y el imperio de la ley», fundamentó.
Resaltó haber echado «31 mil ñoquis en 9 meses», la aprobación de la Boleta Única de Papel y «eliminar los intermediarios que lucraban con la pobreza» aunque no nombró al final a la ex ministra macrista Carolina Stanley, a la que el borrador del discurso que en la previa hizo circular el Gobierno, responsabilizaba por haber supuestamente «inventado» a esos intermediarios.
Milei incluso resaltó la eliminación de los piquetes y la reducción «un 75%» los homicidios en Rosario, y al instar a los miembros del Legislativo a apoyar su proyecto, los apuró: “Será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables que apostaron contra el país y contra su gente”.
La escena final fue cuando Milei citó una frase de Cicerón «‘Cuanto más se acerca el colapso de un imperio, más estúpidas son sus leyes’. Y vaya que ha hecho cosas estúpidas el kirchnerismo”, lanzó el Presidente, quien para completar y con el dedo índice apuntando al sector de los K dijo: «Ustedes de eso no aprendieron nada».
El final tuvo color a cancha de fútbol con Milei, sonriente, saludando a todos, y Karina moviendo al ritmo del tradicional «la casta tiene miedo» que bajaba de las tribunas.