Trenes parados y pasajeros caminando por las vías desde Barracas hasta Constitución. Una nueva imagen de desidia en los ferrocarriles urbanos. Esta vez fue el turno de la Línea Roca, que estuvo sin servicio por más de dos horas por un desperfecto que obligó a cortar el suministro eléctrico en la estación Constitución, a la que los trenes no pudieron ingresar durante ese lapso. La semana pasada ya había ocurrido un hecho similar en la línea Sarmiento, que se suma al choque del San Martín y a los desperfectos cada vez más frecuentes denunciados por los usuarios en un contexto de fuerte desinversión por parte del Gobierno nacional.
El día había comenzado con una buena noticia para los pasajeros del Roca. Es que después de dos semanas de frecuencia reducida por los trabajos en el viaducto a la altura de la estación Hipólito Yrigoyen, Trenes Argentinos había anunciado que el servicio volvería a su frecuencia normal este mismo lunes, una semana antes de lo esperado. La «alegría», sin embargo, duró poco. A las 8.46 de la mañana, plena hora pico y con los trenes llenos, una formación se detuvo a la altura de la calles Vieytes y Suárez del barrio de Barracas, entre Yrigoyen y Constitución.
Según la información oficial, la detención de ese tren se produjo por la falla de uno de sus pantógrafos, lo que obligó a cortar la energía de Constitución «para reparar el daño causado en la catenaria», por lo que se interrumpió el ingreso de formaciones a la estación terminal. «La reparación comenzó 10.36 y demandó 50 minutos«, indicaron desde Trenes Argentinos a las 11.40, hora en que se anunció la reanudación del servicio completo. Así, la línea funcionó durante casi tres horas con servicio reducido entre Temperley y Ezeiza, Alejandro Korn y Bosques, y entre Quilmes y La Plata, según el ramal.
Pero la peor situación la vivieron los usuarios de la formación detenida entre Yrigoyen y Constitución, a la que se le sumó otra que circulaba en el mismo tramo. Durante alrededor de cuarenta minutos los pasajeros aguardaron dentro de los trenes, hasta que finalmente las puertas se abrieron y caminaron en las vías, por más de un kilómetro, hasta Constitución. Pese a la información oficial, este diario pudo saber que la interrupción del servicio eléctrico recién se produjo cuando la gente ya caminaba por las vías. Es decir que durante varios minutos los pasajeros circularon a pie con otros trenes funcionando todavía a su alrededor y con el suministro eléctrico activo, con los peligros del caso.
Así lo confirmó incluso el titular del SAME, Alberto Crescenti, que desplegó un operativo durante la evacuación de los trenes. Según Crescenti, fue el propio SAME el que dio «alerta para que se cortara el suministro de electricidad«, ya que al llegar a las vías se encontraron con la gente caminando entre las formaciones andando. «Reclamamos que corten el suministro por una cuestión de seguridad«, contó Crescenti en rueda de prensa en Constitución.
El médico advirtió, además, que recibieron información errónea por parte de Trenes Argentinos, ya que al llegar a la estación les dijeron que la formación a evacuar estaba detenida en uno de los andenes. «Cuando llegamos nos informan que en realidad estaba más cerca de Yrigoyen, tuvimos que caminar casi tres kilómetros por la vía«, alertó Crescenti, que detalló que cinco personas sufrieron descompensaciones y tuvieron que ser trasladadas a los hospitales Argerich y Ramos Mejía.
El viernes de la semana pasada ya había ocurrido un hecho similar pero en la Línea Sarmiento, cuando una formación quedó detenida de forma intempestiva entre las estaciones Flores y Caballito. Allí también los pasajeros tuvieron que ser evacuados por las vías y una mujer sufrió una descompensación. Ese día, la seccional Gran Buenos Aires Oeste de la Unión Ferroviaria denunció en un comunicado que la interrupción se produjo por «falta de baterías«.
Su secretario general, Rubén Sobrero, publicó incluso en su cuenta de X un video en el que se ve el mal estado de las baterías con las que funcionaba esa formación. «Más truchas imposible«, escribió allí el gremialista, y agregó que «cuando hablamos de vaciamiento de la empresa a esto nos referimos«. En el comunicado, la seccional calificó al hecho como «un muestra más de las consecuencias de la falta de inversión en el ferrocarril».
Los hechos se produjeron a poco más de una semana del choque entre una formación y un furgón del San Martín entre las estaciones Retiro y Palermo, que hoy investiga la Justicia todavía sin mayores novedades. En el San Martín los trenes funcionaban sin servicio de señalamiento automático por falta de reposición de los cables robados. Antes del choque, la situación crítica de la línea había sido advertida incluso dentro del Gobierno por Trenes Argentinos y por la CNRT, que enviaron notificaciones que no fueron escuchadas.
Un informe del Centro de Estudios Metropolitamos (CEM) advierte en este sentido que en los primeros cuatro meses del año «la SOFSE, a cargo de gastos operativos y pequeñas inversiones de mantenimiento, tuvo un ajuste en el financiamiento del Tesoro de 56 por ciento, y ADIF, responsable de las grandes obras de infraestructura, del 92 por ciento«. El informe sostiene que «la política hasta el momento ha sido un freno virtualmente total» en materia de inversiones, bajo una concepción de los trenes como «problema fiscal» con el objetivo final de la privatización o la concesión de las líneas, tal como prevé la Ley Bases.