sábado, 18 mayo, 2024
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Copa Argentina: Independiente venció a Juventud Unida con el debut de Tomás Parmo, de 16 años

Sin ningún brillo y tras una primera parte muy deslucida, Independiente superó a Juventud Unida Universitaria, de San Luis, por 2 a 0 en el estadio de Lanús para acceder a los octavos de final de Copa Argentina, a la vez que volvió a evidenciar los mismos males que le aquejan desde hace demasiado tiempo.

En 2020, el Congreso de la Nación declaró por ley a Avellaneda “Capital Nacional del Fútbol”. Sin duda, no habrá tenido en cuenta la difícil relación que tienen los dos grandes de la ciudad justamente con la Copa Argentina, el más nacional de los torneos.

En el caso de Independiente, el jueves vio cortar -una vez más- las barbas de su vecino, aunque en verdad no le hacía falta. Bastaba con recordar su propio recorrido en la competición. El Rojo apenas alcanzó un par de veces los cuartos de final (2019 y 2022), fue dos veces eliminado por equipos de la segunda categoría (Brown de Adrogué en 2018 y Tigre en 2021), y superó varias series en la cornisa de los penales frente a equipos tan modestos como Boca Unidos de Corrientes, Alianza de Coronel Moldes, Camioneros y Central Norte de Salta.

Los antecedentes invitaban a tomarse en serio el choque ante Juventud Unida Universitario, pero sin embargo Carlos Tevez sorprendió con la alineación elegida para el preestreno del segundo semestre. Afuera el capitán Iván Marcone, aparentemente todavía sin recuperar tras el dengue padecido hace un mes; y el discutido Gabriel Ávalos, uno de los candidatos a emigrar, único recurso posible para recaudar los millones de dólares que se necesitan para levantar las inhibiciones que pesan sobre el club. Adentro, por fin como titular, el juvenil Santiago López, tantas veces requerido por los hinchas. Y en mitad de cancha, Gabriel Neves y Jhonny Quiñónez, dos de los jugadores más resistidos por la tribuna.

El resultado en el nivel de juego, sin embargo, no difirió demasiado de lo tantas veces visto en la primera parte del año. El Rojo continuó demostrando muchas de las carencias ampliamente conocidas, con la ausencia de creatividad en ataque en lo más alto del podio. El conjunto puntano, tercero en su zona del Federal A, hizo la lógica: juntó la línea defensiva con la central en un 4-4-2 apretadito para cerrar los espacios, y los dirigidos por el Apache repitieron una por una todas sus dificultades para quebrar este tipo de planteos.

Las recetas que ofrecen los libros del fútbol de hoy indican que se necesita una movilidad constante en mitad de cancha para ofrecer líneas de pase al poseedor de la pelota y establecer pequeñas superioridades numéricas en cada sector del campo. El objetivo es ir desacomodando al rival mientras el balón viaja de lado a lado y de esa manera encontrar el modo de, por ejemplo, dejar al más habilidoso del equipo mano a mano con su marcador, permitir la llegada libre de algún jugador por la banda, o descubrir pasillos interiores para pisar el área con opciones de lastimar.

Este Independiente da la impresión de conocer algunos de los ingredientes que deben utilizarse en la cocción: laterales que ensanchan el radio de acción, volantes que intentan mostrarse, delanteros que no se quedan estáticos. Pero parece ignorar todo lo demás para generar un fútbol que tenga un mínimo de efectividad. La alternativa a la ignorancia sería la falta de jerarquía individual, una disyuntiva a la que tendrá que buscar solución el cuerpo técnico del Apache.

Los silbidos que despidieron al equipo en la Fortaleza de Lanús fueron la mejor muestra de que muy pocas cosas le salieron bien al Rojo en ese lapso. Salvo una precisa cortada de Neves para Mauricio Isla, cuyo centro no pudo empujar Alexis Canelo al arco vacío, todo fue confuso e impreciso.

Desubicado y ausente del circuito de elaboración Lucas González sobre la derecha, impreciso hasta la exasperación Quiñónez, demasiado acelerado López y desacertado en sus decisiones Canelo, a Independiente le quedaron solo las subidas de Isla y el buen toque de Neves para inquietar al rival.

Un córner muy bien ejecutado por Adrián Spörle a los 15 de la parte final conectó con el salto exacto de Canelo para poner el 1 a 0 de cabeza y en la misma tacada, permitirle al Rojo acabar con los gritos críticos de la tribuna, la resistencia de los puntanos y los nervios propios. A partir de ahí el Rojo merodeó varias veces el segundo tanto hasta que lo consiguió por medio de Alex Luna, lo cual abrió la puerta al debut del chico Tomás Parmo, de 16 años y la gran promesa del club.

Independiente estrenó la segunda mitad del año con más notas en el debe que en el haber, casi como terminó el primer 50 por ciento, demostrando que le queda mucho, pero mucho camino por recorrer si pretende algo más en el futuro cercano.

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