martes, 26 noviembre, 2024
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El ajuste en los programas para mujeres, niñas y niños

De 43 políticas de cuidado de alcance nacional, 21 fueron desarmadas, 15 están en estado de alerta y solo 7 se encuentran vigentes. Así lo relevó un monitoreo sobre las medidas del Gobierno en el campo de los cuidados llevado adelante por un espacio intersectorial. “El impacto lo vemos en cada vez mayor cantidad de niños en neonatología porque sus madres no se han alimentado bien. Lo estamos viendo con adultos mayores que no pueden cubrir los remedios que tienen que tomar y que deben elegir, y que tienen que elegir una comida, qué comen y quién come en la casa”, dijo Lucía de la Vega, coordinadora de la agenda transversal feminista del CELS. La economista Lucía Cirmi dijo que “lo que está empezando a pasar es que las que cuidan son hermanas cada vez más chicas. Y también que ante la falta de apoyos del Estado empiezan emprendimientos propios tratando de cubrir los ingresos faltantes pero estamos en una economía en recesión entonces no hay a quién venderle esa changuita”.

El informe fue llevado adelante por el Monitor de La cocina de los cuidados, que se puso en funcionamiento el 25 de marzo en el CELS como un espacio intersectorial y transversal. Este primer trabajo encontró que los retrocesos se observan en cinco aspectos básicos:

1- Todas las políticas de ampliación de la infraestructura física de cuidado están paralizadas y sin ejecución

2- Las prestaciones asociadas al cuidado perdieron poder adquisitivo y son señaladas como las “culpables” de los desequilibrios fiscales

3- Las políticas del tiempo están bajo amenaza

4- Se recortaron las políticas de remuneración, formación y formalización de trabajadoras del cuidado. El sector fue subvalorado y degradada la calidad de los cuidados ofrecidos

5- Las políticas de cuantificación de los cuidados son herramientas claves para la discusión que viene sobre quién contribuye y cómo a la riqueza

Sobre el primer punto, el informe dice que “entre las políticas de infraestructura de los cuidados, las tres que tenían a la infancia como destinataria —el programa de Infraestructura del cuidado del ex Ministerio de Obras Públicas, la ampliación de Espacios de Primera Infancia del ex Ministerio de Desarrollo Social y la ampliación de salas y jardines del ex Ministerio de Educación.. no tienen ejecución en lo que va del año. En cuanto a las políticas para personas mayores, las residencias nacionales de larga estadía corren riesgo de ser recortadas a la mitad –de 8 a 4– y aún no hay información sobre la continuidad del pionero Programa Vivienda Activa para personas mayores (del ex Ministerio de Hábitat y el PAMI).” Como es sabido, la falta de políticas de cuidados sobrecarga de esas tareas a los hogares y reduce el tiempo disponible para la participación laboral de las mujeres, que son quienes asumen esa nueva carga. “Una de las consecuencias que plantearon los integrantes de la mesa es que ante la falta de esta infraestructura de cuidado, la reducción de las horas en las escuelas también por la reducción de los salarios a los cuerpos docentes, a las cuidadoras comunitarias, etc, lo que está empezando a pasar es que las que cuidan son hermanas cada vez más chicas. Y también que ante la falta de apoyos del Estado empiezan emprendimientos propios tratando de cubrir los ingresos faltantes pero estamos en una economía en recesión entonces no hay a quién venderle esa changuita”, dijo Lucía Cirmi a este diario, una de las coordinadoras del informe junto a María José Rodríguez. 

Según explicó Lucía de la Vega “cuando el Estado se corre la carga de cuidados, ésta recae en las mujeres, que tienen que trabajar en dos o tres jornadas y volver a la casa y hacerse cargo de niños y niños y adultas mayores. Estamos viendo la imposibilidad de costear el transporte para ir a las escuelas, con lo que eso implica”.

“Lamentablemente nosotros tenemos muchos proyectos productivos pero después no hay a quién venderle. Hay recesión. Cuando se te acaba la garrafa tenés que esperar a que vuelvas a cobrar para poder comprarla de nuevo”, dijo el Padre Paco, de la Fundación Isla Maciel. 

En relación a las prestaciones asociadas al cuidado, enumeran los recortes: “Las jubilaciones mínimas perdieron al menos 17% y el monto del programa Progresar quedó licuado ($20.000) –su proceso de inscripción anual es en este momento una incógnita–. La moratoria previsional y el reconocimiento previsional del cuidado fueron las políticas señaladas por el Presidente y el Ministro de Economía como las culpables de la “insostenibilidad del sistema previsional argentino” al que proponen reformar para que vuelva a ser exclusivamente “contributivo”. En prestaciones asociadas a la salud integral, se desarmó la coordinación del Plan Mil Días y observamos una caída del 74% en su ejecución. Se anunció la actualización del monto de la asignación que se otorga anualmente junto a la AUE y la AUH. El programa fue creado para garantizar el cuidado de la salud de mujeres embarazadas y de sus hijos o hijas hasta los 3 años. En simultáneo, se interrumpió la entrega de kits de lactancia para personas que amamantan que proveía el ex Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad”. En este marco también dan cuenta de la suspensión del envío de alimentos a los 44.000 comedores y el recorte del alcance de la Tarjeta Alimentar, que aunque está vigente, no alcanza a cubrir las necesidades alimentarias de quienes la necesitan.

El tiempo es un recurso valioso para las mujeres, que son las que en general se encargan de la organización familiar y los cuidados. En ese sentido, según el informe “el DNU 70/2023 incluyó la reducción del derecho a interrumpir teletrabajo por cuidado a un pedido de permiso al empleador. De no mediar el amparo logrado por la CGT sobre el DNU, las licencias por maternidad serían recortadas a 10 días previos sin retomar la ampliación planteada para maternidad y paternidad en el proyecto Cuidar en Igualdad que ya había obtenido dictamen en la Cámara de Diputados. El programa Igualar, que comprometía a 436 empresas con la agenda de los cuidados quedó desarmado”.

Por otro lado, las trabajadoras de casas particulares, aunque lograron un aumento, ya no cuentan con el programa Registradas (del que interrumpieron pagos a beneficiarias vigentes) ni con una multa que reproche a los empleadores la no formalización de las trabajadoras. El Programa Potenciar Cuidados, del que eran parte 143.000 cuidadoras comunitarias, también está en desarme. “En la nueva visión del programa, ellas estarían en la dimensión “no productiva”: como si la economía del cuidado no fuera un sector económico. La subvaloración del trabajo de cuidado se traduce en menos valoración social de la tarea y más pobreza e informalidad, características ya presentes entre quienes trabajan en el sector”, dice el informe.

–¿Es posible aliviar la carga de cuidados en las mujeres en este contexto? ¿Qué políticas deberían implementarse de manera urgente? –preguntó Página/12.

Lucía de la Vega: –Es central poder reforzar lo que tiene que ver con guarderías, con acceso a prestaciones sociales, aumentar la asignación universal por hijo, poder pensar en el acceso a alimentos para las mujeres a un costo racional. Las políticas que tienen que implementarse de manera urgente son en relación al acceso a alimentos. Cada vez hay más demanda de los comedores que desde diciembre a esta parte prácticamente no han recibido nada, habiendo lista de espera en los comedores. Pero no solo es alimento sino pañales, lo que tiene que ver con provisión de la salud de las personas adultas mayores, que se ha agravado de manera considerable. Y otra política que tiene que volver a establecerse es el Acompañar, esta prestación para las mujeres, principalmente víctimas de violencia, tiene que volver a establecerse de manera urgente. También la falta de provisión del aumento de raciones en comedores escolares, es un tema que debe apuntalarse porque el conseguir alimento con estos aumentos en los precios y con este deterioro en el poder educativo se ha vuelto una cuestión sumamente difícil. 

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