El repentino, abrupto y violento asesinato del periodista Juan Caliani no deja de conmocionar a toda una comunidad, especialmente a aquellos que lo conocían. Apenas la noticia comenzó a circular, fueron miles los mensajes que comenzaron a circular por las redes sociales, reflejando el dolor, la angustia y el estupor que generó este hecho.
Juan trabajaba como productor en AM Cumbre y, el lunes, a minutos de que se desatara el fatídico desenlace que ni él ni nadie esperaba, se preparaba para una nueva jornada laboral especial, atravesada por el 2 de abril, Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas. Sin embargo, todo cambió de un momento a otro. En un hecho de inseguridad, le arrebataron la vida de una manera cruel y ante los ojos de sus padres.
Una vez que la noticia se confirmó, fueron sus propios compañeros de radio quienes decidieron abrir el aire de la am para compartir con la audiencia lo sucedido. «Es muy duro despedir a un compañero, a un profesional tan querido, tan joven y que llevamos tan profundamente adentro», aseguraron con un sentido dolor en sus palabras para luego levantar la programación. «El saber que vas a entrar acá y que no vas a ver nunca más a Juan», exclamaron, sin lograr entender lo que estaba sucediendo. Muchos fueron los colegas que compartieron el día a día con él, y todos coincidieron en una cosa: el Cali era un tipazo.
Nombrado así por amigos de la secundaria, de la facultad, de la militancia y del fútbol, había regresado a la ciudad de Neuquén hace muy poco con el entusiasmo de emprender un nuevo desafío laboral y profesional. Era algo que siempre buscó, reinventándose y siempre con la sensibilidad social que pocas veces se ve en estos tiempos y ámbitos. Venía de dejar huella en General Roca, donde su defensa por la Universidad Pública era algo con lo que nunca negociaba.
Este año, Juan había decidido volver para afrontar ese último tramo de la carrera tan esperado. «Era, sin dudas, una práctica habitual de Juan: volver, insistir, persistir y darle siempre para adelante», comentaron desde el Departamento de Comunicación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
«Vamos a asumir el compromiso de contar quién fue, qué hizo y cómo. Para que nuestras nuevas generaciones de estudiantes lo conozcan y lo imiten», cerraron el comunicado. Y así, como él solía hacerlo ante muchas injusticias, se organizó rápidamente un abrazo colectivo para afrontar el dolor en el hall de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional del Comahue.
El Sindicato de Prensa Neuquén también hizo extensivas sus condolencias y, al igual que muchas otras publicaciones, manifestaron: «Gran profesional, comprometido, responsable, muy trabajador. Todo lo hacía con alegría, gran persona». Incluso, el amor por Juan y, a la vez, la bronca por su partida injusta, llegó a oídos del periodista Alejandro Bercovich, quien compartió la noticia al aire de Radio Con Vos y extendió su saludo a la familia y colegas.
Pero no solo fue el ámbito universitario o el periodístico, Juan «El Cali» también era conocido por apostar a lo grupal en el fútbol. «Logró crear un equipo dentro de otro. Solo para darle un lugar a los que jugaban poco», manifestaron en otra publicación de X. En un torneo local, también fue recordado, y en la Liga Confluencia, las canchas que él recorría con un micrófono en la mano y un mate en la otra también tendrán ese pedacito de él.