La expansión de la plaga impacta en los cultivos de los 12 departamentos de esa región. Genera pérdidas significativas a los agricultores y aumentan las preocupaciones sobre el rendimiento de la temporada.
La chicharrita del maíz, portadora del Spiroplasma kunkelii, impactó en el 100% de los maíces de segunda en 12 departamentos santafesinos, según lo revelado por el último sondeo del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), difundido por la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF).
En ese sentido, lo que comenzó como consultas y preocupaciones aisladas se convirtió en una situación de emergencia generalizada, con los agricultores de la región “luchando por salvar sus cultivos”.
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Asimismo, imágenes “desoladoras de lotes afectados” muestran mazorcas subdesarrolladas y sin llenar completamente de granos, cultivos con un color cobre-rojizo o bronceado, y plantas “achaparradas”, con signos evidentes de daño causado por el complejo de enfermedades transmitidas por la chicharrita del maíz.
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En tanto, la situación preocupó a los agricultores en los 12 departamentos bajo monitoreo, que incluyen San Martín, San Jerónimo, La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Cristóbal, San Justo, Garay, San Javier, General Obligado, Vera y 9 de Julio.
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Además, el último informe del SEA de la provincia de Santa Fe reveló una situación alarmante en los maizales tardíos de segunda siembra. A pesar de haber iniciado el ciclo con condiciones óptimas, la presencia de Spiroplasma kunkelii cambió la perspectiva. Lo que comenzó como impactos puntuales en algunos lotes pronto se extendió a toda el área bajo monitoreo del SEA, con diferentes grados de afectación o daños en los cultivos.
El nuevo escenario plantea desafíos significativos para la agricultura santafesina, con las tareas de seguimiento y evaluación desarrollándose diariamente para cuantificar el impacto sufrido por los maizales. Mientras tanto, los cultivos de maíz temprano enfrentaron una segunda semana de condiciones climáticas variables, con elevados porcentajes de humedad ambiente que han ralentizado la recolección en algunos departamentos de la provincia.
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En el sector norte, los rendimientos promedios mínimos oscilaron entre 45 y 47 quintales por hectárea, con rendimientos máximos alcanzando los 60 a 63 quintales por hectárea. En el centro, los rendimientos mínimos variaron de 50 a 57 quintales por hectárea, con máximos de 80 a 90 quintales por hectárea, mientras que en el sur se registraron rendimientos mínimos de 65 a 70 quintales por hectárea, con máximos que superaron los 100 quintales por hectárea en lotes puntuales.
A pesar de los altos rendimientos en algunas áreas, el grado de avance de la recolección varía significativamente entre los sectores norte, centro y sur, con desafíos adicionales debido a los altos niveles de humedad en los granos. Esta situación plantea incertidumbre sobre el rendimiento final de la temporada y la rentabilidad de los agricultores, particularmente en la provincia de Santa Fe, pero también en otras regiones del país.