Tras poner un primer freno este jueves al DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) 70/2023 de Javier Gerardo Milei, el peronismo recobró bríos al considerarlo un triunfo político propio y un primer impacto de relevancia en oposición al actual Gobierno nacional
Esta fuerza que ocupó el escenario político de los últimos años (y que gobernó la mayor parte del tiempo desde el retorno de la democracia) se encuentra semi paralizada ante la actitud y la iniciativa política que Milei mantiene hoy. Públicamente, aparecen varios dirigentes criticando la gestión libertaria pero en la intimidad, incluyendo a la ex Presidenta de la Nación, hay sorpresa ante la audacia de actual jefe de Estado y mucha preocupación por qué podría suceder si lograra bajar la inflación, levantar el cepo y tratar de imponer la dolarización.
Cristina Elisabet Kirchner se muestra activa y encabeza numerosas reuniones en el Instituto Patria. Alberto Fernández pidió licencia en el PJ Nacional y más allá de que vía Twitter (hoy X) intenta sentar posición ante el gobierno de Milei, perdió centralidad. Hoy, los gobernadores peronistas y algunos intendentes de ese signo político son los que tratan de mostrarse en el escenario que, claramente, domina el gobierno libertario.
Axel Kicillof mantiene un discurso duro frente a Javier Milei pero las urgencias de la economía de la administración bonaerense lo ponen en un brete: criticar el ajuste nacional pero tomar medidas de mayor presión fiscal sobre los contribuyentes bonaerenses que lo ayuden a mantener su gestión, como el duro aumento del impuesto inmobiliario; el de las patentes y el anticipo de Ingresos Brutos que ARBA exige a las grandes empresas que operan en la provincia.
A pesar de esto, el gobernador bonaerense se muestra como el referente del kirchnerismo con mayor proyección nacional a partir de la asociación de su imagen con la de Cristina Kirchner. Amén de que no hay, hoy por hoy, otro dirigente que logre dimensión política en todo el país: Sergio Massa es emparentado con la pesada herencia económica que recibió Milei y los gobernadores no gozan de «prestigio», como en el caso de Gildo Insfrán, el formoseño que pelea por manejar hoy los destinos del PJ Nacional.
Pero Kicillof ya no tiene reelección como gobernador y la proyección a nivel país del economista ya genera movimientos que apuntan a la carrera por su sucesión: intendentes como Mayra Mendoza, senadores como Wado de Pedro y disidentes como Fernando Gray o Julio Zamora se meten en la discusión, así como Máximo Kirchner o el inoxidable Miguel Ángel Pichetto.
Desde el cristinismo los nombres que tienen consideración y aval de Cristina son su hijo Máximo Kirchner, la quilmeña Mayra Mendoza y el ex ministro Wado de Pedro, hoy en el Senado nacional. El jefe de La Cámpora pretendía hace tiempo ir por la Gobernación pero su disputa con Kicillof terminó en favor del ex ministro de CFK. Ahora, evalúa la posibilidad de apuntar a la pelea provincial y, de lograrla, poder imponer un Gabinete donde haya dirigentes camporistas pues Kicillof no le ha dado casilleros relevantes al hijo de Néstor y Cristina.
El intendente de Esteban Echeverría es un archi enemigo de Máximo y fue quien impugnó que el joven Kirchner se alzara con la titularidad del PJ bonaerense. Fernando Gray cree que la Corte Suprema podría darle, en breve, la razón en esa disputa. Mientras tanto, llevó a su distrito a dirigentes como Juan Zabaleta y Facundo Moyano, y también se mostró con el gobernador cordobés Martín Llaryora.
Tras el «InsaurraldeGate», los alcaldes del esquema del ex intendente de Lomas de Zamora quedaron fuera de juego de la política pública. Fuera del esquema del cristinismo pocos se animan: el tigrense Julio Zamora recibió al ex ministro de Economía, Martín Guzmán, lo que resultó una afrenta para Sergio Massa pues lo cobijó en Tigre. Independientes como Ariel Sujarchuk y Mariano Cascallares tienen también pretensiones en tierras bonaerenses.
Pero dentro del esquema que rodea a Kicillof asoman nombres como los de Jorge Ferraresi y Gabriel Katopodis. El intendente de Avellaneda se transformó en un consultor del gobernador y desde Avellaneda, quiere participar de la discusión bonaerense, a la vez que coincide con Kicillof en su enfrentamiento con La Cámpora. Katopodis recaló en el Gabinete provincial y se muestra cerca del gobernador desde un ministerio golpeado por el ajuste de Milei pues encabeza la cartera de Infraestructura y Servicios Públicos.
Mientras tanto, un nombre apareció, de modo reiterado, en las tertulias peronistas: el de Miguel Ángel Pichetto. El hoy diputado nacional se está reuniendo con dirigentes de la fuerza que lo tuvo como un referente del menemismo hasta el día de su alianza con Mauricio Macri. Pero un asado lo cobijó esta semana en el Polideportivo de Ituzaingó. Invitado por el local Alberto Descalzo, Pichetto compartió carne y vino con los varelenses Julio Pereyra y Andrés Watson; el interminable Juan José Mussi, de Berazategui; y con Juanchi Zabaleta y Gustavo Aguilera, el ex intendente de Hurlingham más quien fuera su segundo en el Ministerio de Desarrollo Social. La cita, con todo el folklore peronista, fue para «charlar de lo que pasa hoy con un tipo que sabe y que es un peronista con códigos», como definió uno de los anfitriones.