sábado, 7 septiembre, 2024
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Situación límite, un ciclo prestigioso con identidad argentina

La puesta recreaba la atmósfera de teatro en televisión. Con la realización de Alejandro Doria y los textos de Nelly Fernández Tiscornia, marcó un estilo y demostró que no se requiere un despliegue para lograr un excelente resultado.

Luis Buero

07 de enero 2024, 05:35hs

Bárbara Mujica y Dora Baret. (Foto: captura Archivo Histórico RTA)

Bárbara Mujica y Dora Baret. (Foto: captura Archivo Histórico RTA)

En 1983 comienza por ATC un programa (ciclo de unitarios) titulado Situación Límite, considerado por los especialistas una suerte de teatro en televisión, con la puesta del realizador Alejandro Doria, y en algunas ocasiones, del director Alberto Rinaldi, que consagra como libretista de fina sensibilidad a Nelly Fernández Tiscornia, sobre una idea del gran productor Jacinto Perez Heredia.

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Su desarrollo técnico sencillo reunía frente a un fondo negro, algunos pocos elementos escenográficos estratégicamente dispuestos por Inés Leroux sobre una tarima blanca, sumado a la inteligente iluminación de Carlos Acri. Eso se sumaba a un juego de expresivos primeros planos que acentuaban el peso actoral, en diálogos intensos, de cuatro conocidas figuras rotativas, interpretadas por profesionales como Graciela Dufau, Oscar Martínez, Federico Luppi, Lautaro Murúa, Lito Cruz, María Rosa Gallo, Arturo Puig, Betiana Blum, Duilio Marzio, Soledad Silveyra, China Zorrilla, Thelma Biral, Olga Zubarry, por nombrar solo algunas estrellas de una lista interminable.

Olga Zubarry y Rodolfo Ranni. (Foto: captura Archivo Histórico RTA)

Olga Zubarry y Rodolfo Ranni. (Foto: captura Archivo Histórico RTA)

Además del juego de cámaras, lo característico era que cada programa trataba una y solo una situación límite desde dos puntos de vista en dos grandes bloques divididos de media hora cada uno.

Se trataba de temas argentinos de todo tipo, sumamente reveladores. Aunqure el rating no acompañó al ciclo; sí, el prestigio.

Pocas veces la situación social de nuestro país se vio reflejada en forma tan extraordinaria en el escenario de un estudio de televisión.

Los cuatro personajes estaban comprometidos en situaciones personales y sociales, en forma tan profunda, que el espectador tenía la impresión de estar viendo y oyendo a vecinos de su barrio en las dos caras de la verdad de un conflicto ineludible.

Para la escenógrafa Inés Leroux era necesario hacer comprender el valor de cada objeto, ese vaso, esa copa, qué mesa o qué sillas se colocaban. “Cuando la nada es el todo”, ya que esas historias simples o complejas no necesitaban nada más que lo expuesto, ese espacio tan neutro y abierto sin la contención de la pared de un decorado, y tan cerrado por ese negro absoluto de fondo que permitió encontrarnos en muchas de las historias unitarias.

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Cada objeto expuesto en la nada, sin la contención del entorno debía ser el preciso, dar la condición social, la idiosincrasia del personaje. La superficie que ocupaba cada ámbito estaba sobre una tarima de 4.80m x 4.80m de lado x 0.45 m. de altura. Esto surge porque se consideró que los personajes que tenían que entrar a escena, no debían hacerlo desde la misma línea de tierra. Era una forma de hacerlos introducirse a esa cáscara imaginaria que intentaba simbolizar un hogar.

Así seguía creciendo el proyecto, hasta que el director dijo: “¿Y por qué no trabajar las cámaras sobre los 360º?”. Y la exquisitez de cada puesta de luces manteniendo ferozmente ese neutro tan pedido fue fundamental.

Nelly Fernández Tiscornia, autora de los guiones de Situación límite. (Foto: tebeosfera.com)

Nelly Fernández Tiscornia, autora de los guiones de Situación límite. (Foto: tebeosfera.com)

El modelo de programa económico, esencial, despojado de hojarasca se centraba entonces en Situación Límite, en los conflictos de sus solo cuatro personajes por episodio. Dos cada media hora.

La televisión argentina no volvió a repetir con tal excelencia aquella propuesta, que demostró que no se requiere de un despliegue cinematográfico ni espectaculares exteriores o múltiples escenas para lograr un excelente ciclo. La autora era hábil dialoguista y poseía un especial sentido para penetrar la intimidad en carne viva de sus criaturas, que incómodamente, se nos parecían demasiado. El programa se emitió hasta 1987.

Paralelamente, Nelly Fernández Tiscornia, tuvo un magnífico suceso con sus guiones confesionales en teatro y cine con Made In Lanús.

La notable escritora, autora teatral también de Alta En El Cielo, falleció prematuramente y nos privó de su talento que prometía logros futuros para nuestra televisión.

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