Este miércoles se conocieron las sentencias de las últimas acusadas del Instituto Provolo, un caso con repercusión mundial por los abusos sexuales a los que fueron sometidos un 20 chicos y chicas hipoacúsicos que hasta finales de 2016 concurrieron a esa escuela albergue de la iglesia Católica, en Lujan de Cuyo, Mendoza. La absolución de las nueve mujeres acusadas por abusos o encubrimiento generó la indignación de las víctimas y familiares.
El mayor pedido de pena pesaba sobre la monja Kumiko Kosaka. La querella y la fiscalía habían solicitado 25 años de prisión. Llegó al juicio con una imputación por abuso sexual gravemente ultrajante y como partícipe necesaria en otras violaciones.
Pero no es la única acusada por complicidad con los abusos que recibió la absolución. Para la Justicia tampoco fueron responsables de haber cometido ningún delito la ex madre superiora, la también monja Asunción Martínez, para quien habían pedido 10 años de prisión; las ex directoras Graciela Pascual y Gladys Pinacca; la cocinera Noemí Paz; las empleadas Valeska Quintana, Laura Gateán, Cristina Leguiza y la psicóloga Cecilia Raffo.
En este segundo juicio oral, fueron 11 las víctimas involucradas, menores sordos que tenían entre 5 y 17 años entre 2005 y 2016, cuando ocurrieron los abusos sexuales en la escuela albergue.
Todas las víctimas declararon en sistema de cámara Gesell y asistidos por intérpretes de lengua de señas.
El cura Nicola Corradi cuando fue condenado en 2019. Murió dos años después. Foto: Orlando Pelichotti / Los AndesLas víctimas, la mayoría acompañadas por algún familiar, estuvieron presentes para conocer el veredicto del jurado. Son las mismas personas que protagonizaron en noviembre de 2019 la histórica condena a 45 años en prisión al cura Horacio Corbacho y a 42 años para el cura Nicola Corradi, fallecido en 2021. Este miércoles, en la sala de audiencias, hubo en cambio llanto y desconsuelo por la resolución del tribunal. Algunas víctimas y familiares se descompensaron, según informó Los Andes.
Quiénes son las mujeres absueltas
La monja de origen japonés Kumiko Kosaka fue la única que tuvo una acusación formal como autora del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por un hecho, partícipe necesario de abuso sexual gravemente ultrajante agravado continuado, partícipe necesaria en tres hechos de abuso sexual con acceso carnal agravados y autora de cincos hecho de corrupción de menores.
En el Provolo se cometieron decenas de abusos a chicos sordos. Foto: Orlando Pelichotti / Los AndesEl fiscal Alejandro Iturbide y los abogados de los denunciantes habían solicitado para ella una pena de 25 años de prisión y 10 años de inhabilitación especial máxima para ejercer cargos educativos.
Las otras mujeres habían sido acusadas como partícipes primarias y cómplices de los abusos cometidos por los curas Corradi y Corbacho, el monaguillo Jorge Bordón y el jardinero Armando Gómez, todos condenados.
El abogado de Kosaka, Carlos Varela Álvarez, había pedido la absolución de la monja y acusó al fiscal y a los querellantes de haber “demonizado” la imagen de Kumiko durante la investigación.
También había llegado con un alto pedido de condena la ex representante legal Graciela Pascual, para quien el fiscal y los abogados de las víctimas habían pedido una pena de 18 años de prisión por 35 acusaciones, además de inhabilitación por omisión al no prestar auxilio a las víctimas y encubrir los abusos.
En el caso de la monja Asunción Martínez -quien se desempeñó como madre superiora de Kosaka- había sido acusada por el mismo delito en solo un hecho. También le habían pedido una pena de 10 años de prisión y 10 de inhabilitación.
Para la ex directora Gladys Pinacca y para la ex cocinera del instituto Noemí Paz, los pedidos de condena habían ascendido a 3 años de prisión.
A las otras ex directoras del Próvolo, Valeska Quintana, Laura Gaetán y Cristina Leguiza, y la psicóloga Cecilia Raffo, en el momento de los alegatos el fiscal decidió no mantenerles la acusación por falta de pruebas contra ellas.
El tribunal de este segundo juicio oral estuvo integrado por las juezas Gabriela Urciuolo, María Belén Renna y María Belén Salido.
Corbacho, el otro cura condenado a 42 años de prisión. Foto: Orlando Pelichotti / Los AndesPor tratarse de víctimas con distinto grado de sordera, los intérpretes oficiales estuvieron en la sala 24 donde fue la sentencia. Y, a pedido del tribunal, un tercer intérprete de señas acompañó a las víctimas en la sala de la planta baja desde donde siguieron por circuito cerrado de video el desenlace del juicio.
Qué pasó con el edificio del Provolo
El predio en el que funcionaba el Instituto Provolode Mendoza -donde se cometieron al menos 20 casos de abusos sexuales chicos sordos entre 2005 y 2016- fue comprado por el municipio de Luján de Cuyo.
El lugar en la calle Boedo 505 fue reconvertido en una dependencia administrativa que se inauguró el 2 de noviembre de 2019, poco menos de un mes antes de que se conocieran las condenas contra los sacerdotes Corbacho y Corradi, y se llama Parque Cívico de Luján.
La compra se realizó entonces por 153 millones de pesos. Fue autorizada por el Consejo Deliberante y firmada por Omar De Marchi, ex intendente del PRO y actual diputado nacional por Mendoza.
La condena del Provolo tuvo un impacto mundial. Después de décadas de denuncias de violaciones, abuso sexual, maltratos y corrupción de menores, se enjuició por primera vez a los sacerdotes de esta orden religiosa que depende del Vaticano y tiene sedes en Verona, Italia, además de La Plata y Mendoza, en Argentina.
DD / AS