jueves, 3 octubre, 2024
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Por qué la Argentina no considera a Hamas una organización terrorista

La promesa del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, durante el debate presidencial del domingo de que incorporará a Hamas a la lista de grupos considerados terroristas por la Argentina removió la política local y conduce ineludiblemente a un par de preguntas. ¿Por qué no se hizo antes?

¿Y por qué no lo hace ahora el también ministro de Economía si podría reclamar que la Unidad de Información Financiera (UIF), que depende de su órbita, comience a trabajar en ello si así lo reclamara?

En principio, incorporar a Hamas en la lista de grupos terroristas es decisión política y el planteo resurge por el bestial y masivo ataque militar del grupo fundamentalista sobre el territorio israelí. Con la respuesta descomunal del ejército israelí sobre Gaza van más de 1.500 muertos.

Esta guerra inesperada se metió en la campaña electoral argentina. Este lunes, Patricia Bullrich, candidata a presidente por Juntos por el Cambio, le pidió al Gobierno que meta a Hamas ahora en la lista.

El barrio de Al-Ramal en Gaza reducido a cenizas, este martes. Foto: EFEEl barrio de Al-Ramal en Gaza reducido a cenizas, este martes. Foto: EFE“En nuestro gobierno metimos a Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas. Ahora, el Gobierno tiene que incorporar a Hamas en ese listado. Esta es la única manera de entrar en una red de colaboración con todos los servicios de inteligencia del mundo y fortalecer la lucha contra organizaciones terroristas”, escribió.

«Un modo de resistencia»

Massa no lo hace ahora porque primero lo quiere mostrar como algo propio de su eventual presidencia. Esa decisión lo distancia de Cristina Kirchner y de sus socios ultra k, para muchos de los cuales los ataques de Hamas no son terrorismo sino un formato de resistencia contra la ocupación de los territorios palestinos por parte de los israelíes.

Al mismo tiempo, cualquier decisión que se tome también se encuadra e un formato jurídico y diplomático. Para Argentina la lista válida de grupos terroristas era la del Consejo de Seguridad de la ONU, donde no están ni Hamas ni Hezbollah. Ambos grupos son considerados terroristas por países como Estados Unidos, Canadá, Israel, el bloque de la Unión Europea, pero no por los latinoamericanos, salvo por Paraguay.

Israelíes lloran junto a la tumba de una de las víctimas del ataque de Hamas. Foto: ReutersIsraelíes lloran junto a la tumba de una de las víctimas del ataque de Hamas. Foto: ReutersVale remontarse al gobierno de Mauricio Macri cuando Israel y Estados Unidos empezaron a presionar que se incorporara a esa lista de agrupaciones consideradas terroristas por la Argentina a Hezbollah, la milicia shiíta que tiene ramificaciones políticas, sociales, militares.

Por entonces, ese debate encendió las peleas políticas que mantenían el kirchnerismo y el macrismo.

La diferencia está en el clima de entonces y el actual. En la condena mundial que generó el ataque masivo y militar de Hamas que sorprendió a Israel el sábado, y que fue repudiado también como acto “terrorista” por el gobierno argentino.

La aparición de la cuestión Hamas se metió en ese debate hacia 2018 cuando el entonces jefe de la Unidad de Información Financiera (UIF), Mariano Federici, logró que Macri fuera adelante con la cuestión. Y había también que darle marco legal a decisiones previas que había tomado la administración de Cambiemos.

Por ejemplo, en 2018 la UIF dispuso el congelamiento administrativo de los integrantes del denominado “Clan Barakat”, que fue ratificado el después por el Juzgado Federal de El Dorado, Misiones, al considerar que tenía vínculos financieros del citado clan con la organización Hezbollah y por la vinculación de ésta con los actos terroristas contra la Embajada en Israel (1992, 29 muertos) y Amia (1994, 85 muertos).

El hecho de que Hezbollah fuera para la justicia argentina responsable de los dos grandes atentados terroristas en este país permitió avanzar más fácilmente en esa línea. Ocurre que había una resistencia en el área diplomática de la Cancillería.

Por entonces, los profesionales de carrera advertían “peligros” en el hecho de incorporar a cualquiera de estos grupos a los listados de agrupaciones terroristas por Argentina, que se guiaba solo por los de las Naciones Unidas. Afirmaban que Hezbollah tenía a través de su partido politico participación entonces en el gobierno del Líbano y que eso podía generar choques diplomáticos. A Hamas se lo mencionaba, pero no fue un tema para la toma de decisión alguna.

El 16 de julio de 2019, en el tramo final de su gobierno, Macri oficializó el decreto de creación de un registro especial de organizaciones terroristas que cometieron atentados en el país. La norma permitió incluir a Hezbollah. Ello amparó también la decisión de la UIF de ordenar el congelamiento de activos de la milicia, de las entidades específicas de su ala militar y de los líderes de la organización. Además solicitó la inscripción del congelamiento de activos en el Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento (RePET), creado por el decreto de Macri.

Para entonces muchos se preguntaron por qué el mismo Carlos Menem, bajo cuyo gobierno se cometieron los atentados a la Embajada y a la Amia no dio ese paso. Tampoco lo hicieron los sucesivos gobiernos.

Cuando Alberto Fernández llegó al poder coqueteó con la idea de anular el decreto de Macri. Hubo incluso un escándalo cuando hablando de eso la ex ministra de Seguridad Sabina Frederic, amenazando con ello consideró que el terrorismo internacional era un asunto del que debía ocuparse “la OTAN”.

Llamados contundentes del anterior gobierno de Benjamin Netanyahu, y gestiones de la embajada israelí en Buenos Aires abortaron los intenciones del kirchnerismo y hoy Hezbollah sigue en el listado del REPET como estaba desde 2019. Pero el clima para tratar lo de Hamas nunca hubo. Al menos hasta ahora.

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