jueves, 3 octubre, 2024
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La economía en el centro del debate: hubo fuertes cruces y coincidieron en bajar los impuestos

“Massa te lo recuerdo de nuevo, hay 2 millones de pobres, empeoró la vida de la gente. Decime cómo vive un jubilado con $ 150,000 con bono incluido”, disparó anoche una Patricia Bullrich que se mostró enérgica y veloz en este último debate.

Massa se convirtió esta vez en el centro de las críticas, ya sea por la situación económica como por el caso del yate de Insaurralde. Claro que los dardos fueron desde distintos ángulos y su defensa tuvo menos argumentos que en el debate de Santiago del Estero.

Pero puestos a hablar sobre economía hubo coincidencias en Massa, Bullrich, Milei y Schiaretti: todos hablaron de bajar impuestos y especialmente al campo.

Milei dijo que eliminará de cuajo las retenciones. También, coincidieron en otras reglas para la contratación laboral.

El libertario puso énfasis en que vamos a la hiperinflación: “El país está al borde de la peor crisis de su historia, el desequilibrio es mayor que en la previa de la hiper inflación de Alfonsín. En alimentos la inflación es de 470% y de 700% en los precios mayoristas, estamos al borde de una hiper con el agravante de indicadores sociales peores que en el 2002. De esto no se sale con medidas bonitas”, advirtió.

Se trata de un concepto que repite en sus encuentros. Y se entiende: para su plan dolarizador, lo necesita. Por cierto, fue cuidadoso, no se salió de las casillas ni de su libreto.

Para Marina dal Poggetto, de EcoGo, “Milei es un trotskista de derecha. Es cierto que la historia no se repite pero rima. Milei está tergiversando los números. No se puede comparar la situación actual, con un desempleo de 6%, con las que se vivieron en 1989 o en 1975 en medio de la violencia política. Y cita economistas como los austríacos que se referían a otro contexto histórico”, argumentó la economista ante la consulta de Clarín.

En cuanto a Massa, Dal Poggetto marcó irónicamente que sus promesas eran coherentes porque “habló de bajar impuestos y de subir el gasto”.

Bullrich optó por hablar de crisis terminal y hacer foco en la corrupción. Señaló a Tongolini, en obvia referencia al secretario de Comercio, Matías Tombolini, por el tema de las Siras imprescindibles para importar.

Milei no lo dejó pasar: “¿Qué hacía Melconian con Massa negociando las Siras?”, dijo.

Bullrich recogió el guante y así se convirtió en la única que lo cuestionó con la dolarización: “Es un plan Bonex que condena al hambre a 46 millones de argentinos”, le remarcó.

Curioso, en su respuesta Milei eligió una frase breve: “Nosotros elegimos la dolarización porque consideramos que es un robo falsificar dinero con el Banco Central”.

Miriam Bregman hizo de la defensa de los trabajadores su bandera, pero estuvo menos ocurrente que en el primer debate.

Juan Schiaretti volvió a apoyarse en los logros de su gestión en Córdoba.

En el bloque de las condiciones laborales, Bullrich también acudió a uno de sus slogan de campaña: “Defendemos a los que trabajan y no a los que bloquean las empresas, vamos a bajar impuestos al trabajo. La Argentina del paro permanente se termina, viene la del trabajo”, soltó.

“Si Dios me da la posibilidad de gobernar, les voy a contar cómo será la Argentina del 10 de diciembre”, arrancó Massa. Y con su actitud “pro positiva” cerró con un mensaje a diversos sectores como los científicos, las madres, los trabajadores y las pymes . Antes se había referido a las pocas cosas de su gestión que puede mostrar como la baja de impuestos en Ganancias y la devolución de IVA.

Nacidos en 2019 y por ley los debates presidenciales están llamados a ocupar un lugar central en la campaña. Son ciertas sus limitaciones por el formato pero lo que se dice no pasa inadvertido.

Anoche el pico de rating fue altísimo: llegó a 39,5, menos que el 44 del domingo 2.

Para el analista político Carlos Fara si bien el debate es seguido por una gran cantidad de gente, no cambia la intención de voto.

Según su razonamiento, Bullrich fue la más vehemente y Massa concentró en su figura casi todas las críticas.

Eso sí, lo que escuchamos fueron generalidades muchas ya conocidas. Ninguno se explayó sobre lo que muchos esperaban: detalles sobre cómo se sale de este atolladero. w

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