jueves, 3 octubre, 2024
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Vinos alta gama: Alejandro Vigil se lanza a producir en España y congela planes en Argentina

El enólogo lanzó en España su primer proyecto fuera del país y pone en pausa algunos de sus planes en Argentina a la espera de que las condiciones económicas mejoren.

Alejandro Vigil es un enólogo muy disputado en la industria del vino. Más aún lo llaman el «Messi de los vinos». Con su tinto El Enemigo viene arrasando en las premiaciones mundiales del rubro, lo que se suma a los galardones que obtiene Catena Zapata, la bodega que lo tiene como enólogo y que fue elegida como al viñedo número 1 del mundo de acuerdo a World’s Best Vineyards 2023.

Con estas medallas, ahora Vigil dio un paso más y lanzó en España su primer proyecto fuera del país, mientras pone en pausa algunos de sus proyectos en Argentina a la espera de que las condiciones económicas mejoren.

Hace diez años, en una inversión compartida con Adrianna Catena, Vigil eligió la sierra de Gredos, a 150 kilómetros de Madrid. Allí, compró  tres parcelas que suman 10 hectáreas en total, todas concentradas en la producción de uva garnacha. Ahora, La Reina, el primer vino producido por Alejandro Vigil fuera de la Argentina ya está dando sus primeros pasos.

«Fue un proceso lento. Armamos un proyecto chico, independiente y con una mirada argentina, en una zona donde la producción vitivinícola española es muy fuerte. El año pasado elaboramos nuestro primer vino en una bodega de una cooperativa y este año vamos por el primer lanzamiento con una bodega propia», le contó Vigil a Clarín.

«Nos gusta la uva garnacha porque es un pinot noir de zona caliente -el pinot noir tradicional es de zona fría- por lo que nos pareció un contraste interesante para explorar», 

Esta vez la producción fue de 12.000 botellas y el proyecto apunta a llegar a 25.000 botellas, que hoy se venden a un precio de entre 35 y 40 euros.

Con todo su expertise y una inversión de solo 300.000 dólares Vigil logró poner un marcha su proyecto en España. «Es una zona donde está prohibido construir así que la bodega que estamos armando es simple, un galpón, con pileta de cemento y ánforas».

«Por el momento lo que nos interesa es aprender, ir creciendo a partir de una pequeña escala. Empezamos vendiendo en España, Londres, Brasil y México, con planes a futuro para Argentina.»

Que Argentina no esté ahora en la lista de los destinos elegidos para La Reina tiene que ver con las restricciones que hay para importar, que llevan a que Vigil deje el desembarco de su vino español en su tierra natal para más adelante. 

Con esta coyuntura, por ahora Vigil congeló los planes de expansión en Argentina. 

«Estamos enfocados en sostener lo que tenemos, no estamos abriendo más el juego hasta que tengamos una visión mejor de la economía. Por la situación argentina por ahora no veo posible hacer más inversiones. Ahora estamos con un proyecto chiquito de un Wine Bar en Mendoza», apunta.

«Estamos pensando en hacer algún emprendimiento gastronómico en el Distrito del Vino en Buenos Aires, en Villa Devoto, pero todavía no hemos avanzado», señala.

Entre los logros de Vigil se anota el puntaje perfecto de 100 puntos que recibió su vino Gran Enemigo Gualtallary Single Vineyard 2019 de parte de la publicación Wine Advocate, del prestigioso crítico Robert Parker.

En este ranking de 20 mejores vinos argentinos 4 son de El Enemigo, y otros seis son de la bodega Catena Zapata.

Con el Enemigo, Vigil tiene 27 hectáreas de producción, que vuelca en un 60% al mercado interno y en un 40% a la exportación.

Para Vigil, «la fórmula del equilibrio sería vender un 70% de la producción en Argentina. Eso es lo que se destina de la producción local al mercado interno. Entre exportar y abastecer al mercado interno no veo que convenga más una cosa que otra», desliza.

Y remarca que el mercado local es decisivo. «El consumidor argentino es nuestro embajador universal. Ahora estamos en un retroceso en el consumo de alcohol en el mundo, es un efecto post pandemia, pero no es algo irreversible».

Más que la baja del consumo a nivel local, lo que más le preocupa a Vigil es la pérdida de exportaciones. «Es difícil retomar esos mercados una vez que se perdieron. Veremos como sigue la economía».

Pese a todos los problemas argentinos, Vigil destaca que «nos siguen mirando, seguido estando en la luz del mundo. Pero tenemos un tema de costos que no nos permite llegar. Nos va a llevar tiempo poder revertirlo».

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