El caballo díscolo que se creyó Michael Phelps y obligó a una insólita y dramática misión en el marDeportes 

El caballo díscolo que se creyó Michael Phelps y obligó a una insólita y dramática misión en el mar


El australiano Rebel Rover se largó a nadar y en la Bahía de Brisbane se lanzó un alerta increíble Crédito: Facebook VMR Brisbane Inc

Rebel Rover ganó ocho de las 42 carreras que corrió durante cinco años, un promedio interesante en Australia para la frecuencia con la que compiten los caballos en algunos tramos del año en ese país. Por momentos corren seguido y luego pasan numerosas semanas sin hacerlo. Sin embargo, su nombre cobró popularidad en febrero de 2016 por un hecho que sucedió alejado de las pistas, durante una mañana de entrenamiento en las playas de la bahía de Brisbane: fue rescatado del mar tras recorrer alrededor de 11 kilómetros.

Nacido en noviembre de 2010, el zaino pasó en 2012 por el ring de ventas e inició a la temporada siguiente su vida competitiva, con mayoría de buenos resultados al comienzo, incluyendo tres primeros puestos. En paralelo con los festejos que iban llegando por sus victorias en pruebas de velocidad fue aumentando la preocupación por su mal genio, al punto de sufrir una inhabilitación por su comportamiento en las gateras.

Aquel último jueves de febrero, apenas 72 horas después de su primera discreta carrera de 2016, Rebel Rover entregó su obra cumbre, la que unió su capacidad aeróbica y su inconducta. A las 9, mientras caminaba con el agua hasta el pecho en una zona donde lo más “peligroso” puede ser estar rodeados de delfines y peces, el caballo hizo un sorpresivo movimiento brusco, se quitó de encima al galopador que lo montaba en pelo y se dirigió hacia zonas más profundas. De pronto, notaron que el intento por devolverlo a la costa no iba a ser tan sencillo y la situación ganó en dramatismo.


Rebel Rover trascendió las fronteras del turf por su inconducta Crédito: Slickpix

“Usamos el nado como parte de la rutina de nuestro programa de entrenamiento de la mayoría de los caballos, de 5 a 10 minutos, y esta playa es verdaderamente una piscina. Rebel Rover es bastante nervioso y se asusta fácilmente, pero esa ocurrencia fue atemorizante”, graficó aquella mañana Brad Smith, su entrenador, que vio al corcel salir del alcance del jockey, Jackson Morris, y presenció una insólita misión de rescate de una hora y media que involucró a la Marina y a voluntarios, además del equipo de trabajo diario familiarizado con el animal. Glen Philip, portavoz del grupo de rescate marítimo, lanzó una confesión: “Fue el pedido más inusual que hemos recibido. Era como arrear ovejas, pero desde un barco. La mayoría de nuestras tareas están relacionadas a personas o botes, pero aquí tuvimos que atrapar a un caballo con un lazo y mantenerlo tan calmado como fuera posible devolviéndolo a la costa”.

Para Smith, el experimentado preparador, la situación era anormal desde todo punto de vista. “A los caballos les gusta nadar, pero este mostró una capacidad pulmonar sorprendente. Normalmente no durarían más de 20 minutos y lo harían en una profundidad menor. Cuando llegamos a él estaba en un sector de unos 4 metros y nadaba con bastante libertad”, agregó aquel día.

El barco de la marina maniobró para acercarse sin espantarlo y le hizo cambiar de dirección. Cuando estuvo al lado, lanzaron una cuerda alrededor de la parte superior de su cabeza para controlarlo y lograron enlazarla a la brida para que, cuando volviera a estar en una zona en la que hiciera pie, el jockey volviera a subirse para quitarlo del mar, como finalmente ocurrió en otra playa alejada a la que había ingresado al agua.


La Marina de Brisbane tuvo su llamado de auxilio más inusual Crédito: Facebook VMR Brisbane Inc

La mañana siguiente, el veterinario revisó a Rebel Rover y se mostró sorprendido. “Estaba cansado y algo contracturado, pero en un estado bastante notable por todo lo que pasó y por la cantidad de tiempo que estuvo nadando”, evaluó. Por esas horas, más calmo, no había rastros de su mal genio, claro.

Hubo que aguardar que volvieran a verse señales de ello para devolverlo a los hipódromos, lo que sucedió nueve semanas más tarde, aunque ya con otro entrenador y nuevo dueño. Esa segunda etapa de su campaña, como si el episodio en el agua que no volvió a repetirse le hubiese ayudado a madurar, resultó más fructífera: sumó sus cinco éxitos restantes hasta dejar de competir en septiembre pasado. Y en cada presentación, mientras hacía su paseo frente a las tribunas, el público recordaba el día que se creyó el multicampeón norteamericano de natación Michel Phelps.

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