De mayor a menor en la selección: Correa hizo posible lo que no logró Dybala
Angelito es puro corazón. No se trata de un juego de palabras, por aquel mayúsculo susto en el que, incluso, estuvo en riesgo su vida (en 2014 debió operarse por una seria afección cardíaca). De buena madera, querible y, cuando está sobre el césped,
Angel Correa
es una fiera. Corre, lucha, se sacrifica, ataca hasta con los ojos vendados. Y encuentra, en una electrizante corrida, un triunfo impensado, entre patadas, discusiones, agresiones, un viento infernal y ni una sola idea. En 29 minutos -ingresó por Rodrigo de Paul-, le puso colmillo a la hibridez general. Tal vez, por eso lo cobija Diego Simeone en Atlético de Madrid. Más allá de que está de capa caída -perdió dos partidos seguidos y quedó afuera de la Champions League- y no siempre es titular, el Cholo lo mantiene por su hambre de gloria. Ese granito de arena, a puro entusiasmo, que le agregó a la selección.
Que no tuvo, otra vez, al mejor
Paulo Dybala
, en un subibaja permanente en Juventus y sin fuego sagrado en celeste y blanco. Con o sin Leo Messi, Dybala despierta admiración con su zurda y al rato se desvanece, sin solución de continuidad. Una y otra vez. Fue reemplazado por Lo Celso, a 11 minutos del final. El cordobés apenas jugó 15 minutos con Croacia en el Mundial, el rosarino quedó en el último corte, camino a Rusia.
“Hay un grupo muy lindo que trabaja muchísimo para hacer las cosas bien. Ojalá que tenga un lugar en la Copa América”, reflexiona, siempre con una sonrisa, como cuando jugaba en el barrio descalzo en las afueras de Rosario, como cuando corría para adelante en San Lorenzo y le dio vida a una familia que nació con los sueños rotos.
“Estoy contento con los minutos que me dieron y por el gol, que sirvió para ganar un partido muy duro. La cancha estaba difícil, el partido por momentos se les fue de las manos al árbitro”, cuenta Correa, que abrió la puerta de un limitado optimismo. ¿Quiénes serán los delanteros en Brasil? Scaloni no descarta a Agüero ni Icardi. Y en ese contexto, Angelito corre desde atrás. “Tendré que tomar una decisión, pero hay bastante tiempo para analizarlo con la cabeza, con el corazón y buscando lo mejor para Argentina. Van a ir los mejores, no tiene nada que ver si juegan en Argentina, Brasil, México o Europa”, explica el DT.
Tiene gol, pero no le sobra. Tiene gambeta, pero no lo excede. Tiene sacrificio, cuando lo precisa el equipo. Es un 7, en cada uno de los aspectos del juego. Simeone dijo alguna vez: “Es un futbolista diferente para los últimos metros. Gira muy bien en las cercanías del área, ahí es muy peligroso. Tiene visión de juego, sobre todo en espacios reducidos, y cuenta con la desfachatez y rebeldía necesarias”.
“Pero ojo -decía-, Angelito es una ilusión continua, pero necesitamos que dé un paso más”. Y en eso anda, maquillado de optimismo.
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