La maquinaria escénica de Tribalistas deslumbró al Luna Park
Conformado como una asociación de intereses creativos, Tribalistas -integrado por Marisa Monte, Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown- no funciona como formación estable sino que nació a partir de la experiencia de compartir el trabajo creativo (parcería como dicen los brasileños) entre sus miembros para transformarse en un fenómeno mundial con la aparición de su primer disco, que vendió casi tres millones de placas.
A partir del lanzamiento de su segundo material, en 2017, decidieron salir a tocarlo por todo el planeta y así llegaron a Buenos Aires, donde dejaron sentado que, además de muchas cosas, son una aceitada y efectiva maquinaria escénica, una especie de superbanda postropicalista, que sabe todo lo que tiene hacer desde que empieza hasta que termina el show, diagramado al detalle en sus intensidades, climas y estados.
El agitador de esta suerte de utopía brasileña conformada por suaves melodías y bellas voces es Carlinhos Brown, que pide palmas, gritos y abrazos entre el público cuando la ocasión lo hace posible.
Es tal el magnetismo que irradia el trío -conformado por al menos dos de los máximos exponentes de la MPB brasileña actual- que el fenómeno tribalista empieza en el minuto cero del show y Brown puede pedir palmas y suscitar una adhesión masiva e instantánea en el primer tema de la noche, “Tribalistas”.
La segunda canción, Carnavalia” fue -otra vez a instancias de Brown- con el público balanceando sus brazos por encima de las cabezas.