El camino a las presidenciales (para las que sólo resta un puñadito de días) sacudió al mundillo político de la provincia, en general, y al del MPN, en particular, con una declaración que no se esperaba: el intendente de Neuquén, Mariano Gaido, adelantó que no competirá por la gobernación en 2027 y que apoyará un eventual proyecto reeleccionista del gobernador electo, Rolando Figueroa. El renunciamiento generó sorpresa y desconcierto.
Es cierto que en política nada es para siempre, que las lecturas lineales inducen a la interpretación errónea y que todavía faltan cuatro años. Pero también lo es el hecho de que las candidaturas no se construyen de un día para el otro, y que el jefe comunal no necesita campañas de instalación de imagen. Al menos no grandes campañas.
Su condición de ganador y el hecho de que fue el único (entre los grandes referentes) que salió ileso del desastre de abril, le asignaban proyecciones en el partido que aún no ha logrado recomponerse del mazazo y cuyos actores (intendentes en funciones o electos, legisladores y demás) no dejan de expresar sintonías con quien les propinó la derrota y con quien abrigan las coincidencias lógicas de haber compartido trayectorias. Y si los referentes expresan sintonías; bueno, los afiliados (o la mayoría de ellos) también. Figueroa no para de construir y eso es irrefutable.
Para muchos Gaido era número puesto, pero distintas cuestiones -incluidas las personales- lo llevaron a alejarse de cualquier candidatura prematura, aunque jamás de la política. De hecho las especulaciones abundan desde ayer, en que hizo su confesión durante una conferencia de prensa que compartió con Figueroa, en el edificio municipal del Oeste.
Esto llevó a que en el MPN aumentara la incertidumbre. El partido tiene la mirada puesta en las legislativas a las que va con Sandro Badilla como candidato a diputado nacional, en una cruzada históricamente compleja (por el asunto aquel de la boleta corta, sin candidato a presidente) y que ahora es más compleja por el lastre de las derrotas. A la de abril le siguió la de Plaza Huincul (para muchos inesperada) y después la mala performance en las primarias (PASO).
De aquí para adelante se abren distintos escenarios cuya enumeración podría resultar tediosa y una pregunta ¿Qué hará el MPN? Por ahora, se mantiene en silencio.